La obra, una de las más destacadas de la primera época del artista zaragozano junto con La Caída de San Pablo, obra muy ligada todavía a la tradición italiana, Ascensión del Señor y las pinturas de la capilla del Palacio de Sobradiel, muestra a San Lorenzo sobre la parrilla con el paño en diagonal proyectando la composición.
Etapa juvenil
El cuerpo recuerda al Cristo muerto de la Trinidad de Conrado Giaquinto del Prado y el ángel porta la palma del martirio que mitiga su dolor y le premia con una corona de flores resuelta con unos trazos que la dibujan. En primer término destaca un personaje vestido como un majo de espaldas al espectador.
Esta etapa juvenil de Goya es principalmente de temática religiosa y contrasta con la inmediatamente posterior en que realiza los cartones para tapices de la Real Fábrica 1776-1792 ya en Madrid.
En esta pequeña obra de devoción, procedente de una colección particular de Zaragoza, destacan los trazos precisos que dibujan con pinceladas únicas la anatomía de los personajes, como la rótula y el hombro del santo.