El Cubo del Revellín, uno de los elementos mejor conservado de la muralla que rodeaba Logroño en el siglo XVI, vuelve a abrir sus puertas -tras haber permanecido cerrado durante más de año y medio para resolver problemas de humedades y ventilación- con una exposición que muestra la evolución de Logroño desde la Prehistoria.

La muestra acoge los trabajos arqueológicos desarrollados en el antiguo Convento de Valbuena y permite, según indicó el alcalde, Tomás Santos, recrear "el embrión de la ciudad" hace 7.000 años, con paneles informativos que hacen referencia a las trágicas consecuencias de la peste en 1564, que causó entre 30.000 y 40.000 muertes en la ciudad, a las fortificaciones en el siglo XVI o al papel de la Inquisición.