La 53 edición de la Bienal, comisariada por el sueco Daniel Birnbaum, lleva el título de Fare Mondi o, lo que es lo mismo, Crear Mundos y todas sus correspondientes traducciones -cual torre de babel- ya que es importante subrayar la globalidad y diversidad del certamen, que cuenta en esta edición con la participación de 77 países. Es un tema imponente y extremadamente general que quiere resaltar el carácter empírico de la Bienal, convirtiéndolo en un lugar para experimentar, crear y producir, alejándose así de convertirse en un escaparate de las vanidades artísticas.

Además, esta edición premiará también a Yoko Ono y John Baldessari, dos personalidades muy significativas del arte del siglo XX, con sendos Leones de Oro como reconocimiento a sus carreras.

En definitiva, cinco meses para disfrutar de una intensa actividad artística y de un montón de nuevos proyectos e indicios direccionales en el mundo del arte; noventa artistas diferentes que apreciar dentro del contexto de la muestra principal y un total de setenta y siete propuestas nacionales, además de más cuarenta actos colaterales organizados por diferentes instituciones artísticas. 

Birnbaum: Crear mundos

Birnbaum, que estudió Literatura e Historia del Arte en la Universidad de Estocolmo, no es bisoño en esto de comisariar grandes muestras ya que ha participado en la organización de la Trienal de Yokohama, primera y segunda Bienal de Moscú y, quizás las más relevante, la segunda Trienal de Turín. Esta última tuvo lugar este pasado invierno y ya se venía anunciando como ensayo preliminar a la tentativa veneciana. No es, por tanto, coincidencia que repitan algunos artistas que ya estuvieron con él en Turín, como Paul Chan, Wolfgang Tillmans o Ulla Brandenburg, entre otros.

Por otra parte, Birnbaum ha sabido combinar en Fare Mondi la presencia de artistas consagrados, que ya forman parten de nuestra historia del arte, como Michelangelo Pistoletto, Gordon Matta-Clark, Yona Friedman o los británicos Gilbert and George, con artistas más jóvenes como Daniel Bestué y Marc Vives, Falke Pisano, Miranda July o Lara Favaretto, candidatos a formar parte del club de los grandes del arte.

Birnbaum presenta Crear Mundos como una exposición que evoluciona desde decisiones subjetivas y no como una muestra objetiva del mundo del arte a día de hoy. Hace hincapié en la calidad de la muestra y a pesar de no pretender ser particularmente revolucionario, cree en la importancia del impacto visual que experimentará el espectador.

Países nórdicos, Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos

Paralelamente a la propuesta de Birnbaum, se encuentran los pabellones nacionales. Destacan este año la propuesta de Dinamarca y los países nórdicos (Finlandia, Noruega y Suecia) con una exposición comisariada por los artistas Michael Elmgreen e Ingar Dragset.

Este dúo de artistas escandinavos, famosos por sus improvisaciones ingeniosas, como la famosa tienda de la marca Prada construida en medio del desierto texano, todavía pueden verse hasta el 21 de junio en el MUSAC –Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León– con su muestra Trying to remember what we once wanted to forget.

Como comisarios de dicho pabellón, presentan en Venecia la muestra The Collectors (Los Coleccionistas), una exposición que pretende subrayar la relación que hay entre el mercado del arte y la Bienal, especialmente ahora, en tiempos de crisis. Para ello han contado con la colaboración de los artistas Terence Koh o Maurizio Cattelan que, por otra parte, no tienen nada de nórdicos.

Lo mismo pasa con el británico Liam Gillick, propuesta del pabellón alemán para esta 53 edición. Mucho revuelo ha levantado asimismo el pabellón británico, que antes de que se inaugure la Bienal, ya ha agotado las invitaciones reservadas para ver la nueva propuesta de Steve McQueen, polémico artista inglés que ha dejado al publico impaciente después de Hunger, su primer largometraje, que le valió la Camera d’or en Cannes el pasado año.

Una apuesta segura es la de Estados Unidos, que se ha decantado por Bruce Nauman, artista que exhibe por sexta vez en el contexto del certamen y que fue galardonado con un León de Oro ya en 1999. Nauman, a quien se considera de lo más amable y campechano, ha dejado de lado su rancho en Nuevo México para presentar en Venecia una exposición que lleva el título de Topological Gardens y pretende ser un estudio de su producción artística en los últimos 40 años.

Pabellón español

El pabellón español, diseñado por Javier de Luque en 1922, cerca de la Isla de Santa Elena, albergara este año una exhibición que recorre los diez últimos anos del trabajo de Miquel Barceló, uno de nuestros artistas más apreciados.

La muestra veneciana, comisariada por Enrique Juncosa, con quien el artista ha trabajado en otras ocasiones, se encuentra dividida en tres ejes temáticos: primates, paisajes africanos y espuma de mar. El primer eje temático presenta una serie de pinturas de primates, así como retratos de Copito de Nieve, el conocido gorila albino que vivía en el Zoológico de Barcelona. Imágenes éstas, que pretenden simbolizar la soledad y melancolía que de alguna manera a veces también aflige al propio Barceló.

La segunda serie comprende paisajes y escenas de género del mundo africano, con el cual Barceló se encuentra en constante contacto, y que guarda una estrecha relación con la exposición que realizaran juntos, artista y comisario en Dublín y Málaga recientemente. Por último, la serie dedicada a la espuma de mar, es una oda a este gigante misterioso que a veces se pierde en la poderosa abstracción.

En el contexto de la exposición podremos ver a su vez, la proyección de Paso Doble, una performance de extraordinaria potencia que el artista realizo en colaboración con el coreógrafo Josef Nadj, además de diversas cerámicas y una serie de obras realizadas por Barceló y el escritor François Augiéras.

En resumen, el pabellón español presenta este año una propuesta que no es excesivamente arriesgada y aboga por la calidad y la diversidad dentro de la producción del mallorquín.

Más españoles en Venecia

Venecia contará este año además con el primer pabellón catalán, comisariado por Valentìn Roma, que presenta un proyecto de nombre cuanto menos curioso: La Comunitat Inconfessable.

Este proyecto, que toma su nombre del libro homónimo de Maurice Blanchot, pretende examinar a través de las propuestas de Pedro G. Romero, Daniel García Andujar y Sitesize (Elvira Pujoy & Joan Vila Puig) los diversos tipos de intervención social desarrollados en torno a la idea de comunidad que estos artistas han ideado en el contexto de la exposición.

Son tres proyectos diferentes que guardan relaciones de antagonismo y transversalidad y que intentan investigar los posibles significados de obras de carácter común dentro de la esfera del arte, en un territorio que es difícil de trazar.

Y no sólo Cataluña tiene pabellón. Los murcianos no se han quedado atrás y proponen The Fear Society- El pabellón de la urgencia, una exhibición cuyo tema principal es el miedo, que cuenta con artistas internacionales de la talla de Hans Haacke y Alfredo Jaar, entre otros, y que podrá verse en Venecia hasta el 4 de Octubre.

Además de nuestros 3 pabellones, la presencia española se manifiesta dentro de la muestra Fare Mondi en el Pabellón Italiano, con cuatro jóvenes artistas seleccionados por Birnbaum: David Bestué, Marc Vives, Sara Ramos y Jorge Otero-Pailos. Presencia que se afianza a través de diversos actos colaterales organizados en torno a la Bienal como Shadows must Dance, propuesto por Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y los pabellones destinados a iberoamérica.