El documento militar, elaborado en el marco del Plan Nacional para la Protección del Patrimonio Arqueológico Subacuático Español, destaca que la decisión de preservar del expolio los tesoros hundidos en nuestras aguas coincide con el meteórico incremento de la cotización del oro -se estima que habría sumergidas al menos 2.000 toneladas de este metal- y con su acumulación por las principales potencias económicas ante la creciente debilidad del dólar.
2.000 toneladas
Este Plan, que aún no ha sido aprobado por los ministerio de Defensa y Cultura, señala a la Armada como la responsable de crear en el plazo de cinco años el primer mapa de los fondos marinos con las localizaciones de cientos de pecios, pero no sólo se localizaran estos restos, también se valorará en cada caso la oportunidad de recuperarlos o no.
En apenas cinco años, el oro ha pasado de 400 dólares la onza hasta los 1.000 actuales, con previsiones de superar a medio plazo los 2.000 dólares.
Artículo de la revista Atenea.
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Es obvio que el «Caso Odyssey» ha actuado de revulsivo ante la tradicional desidia de la Administración hacia su patrimonio arqueológico submarino. La empresa de cazatesoros norteamericana extrajo, ante la impasibilidad de las autoridades españolas, 500.000 monedas de oro de los restos de un navío hundido en aguas del Golfo de Cádiz, utilizando tecnología disponible en el mercado.
Los mandos de la Armada son conscientes de que la tarea encomendada por el Gobierno, en colaboración con el Ministerio de Cultura, sobrepasa los límites de una campaña arqueológica y se ha convertido en una misión en la que confluyen intereses de Estado y de política económica internacional.
Los bancos mundiales acumulan oro por la debilidad del dólar
En un escenario de deterioro de las previsiones económicas, con una recesión que llegará hasta 2011 y un déficit público que este año rondará el 10% del PIB, alrededor de 100.000 millones de euros, según admitió el Gobierno el pasado viernes, que supondría la recuperación en los próximos años de fuertes cantidades del oro hundido se presenta a ojos del Ejecutivo como un «milagroso» salvavidas al que aferrarse.
En apenas cinco años el oro ha pasado de 400 dólares la onza hasta los 1.000 actuales, con previsiones de superar a medio plazo los 2.000 dólares. ¿En qué medida inyectaría estabilidad a la economía española el aporte a las arcas del Estado durante los próximos años de toneladas de oro procedente de los buques de la Carrera de Indias?
La paulatina debilidad del dólar como moneda mundial de referencia ha provocado que los bancos nacionales de China, India y Rusia, entre otros, lleven meses acumulando oro. Estrategia que no responde exclusivamente a considerar el oro como «valor refugio» tradicional en épocas de crisis, sino ante la posibilidad de que una quiebra inesperada de la moneda norteamericana obligue a la comunidad internacional a respaldar de nuevo sus divisas con el patrón oro. No es un escenario improbable si tenemos en cuenta que Rusia y China han propuesto, tras la reciente Cumbre del G-20, la creación de una nueva divisa que compita con el dólar.
También los bancos centrales europeos han frenado en seco desde el pasado invierno la venta de sus reservas de oro. Decisión, por cierto, que ha puesto en evidencia la poca previsión del Banco de España, que a lo largo de 2007 se desprendió de casi la mitad de sus reservas.
El ejemplo de las reservas rusas
Un ejemplo de la avidez por acaparar oro en plena crisis económica lo ofrece el Banco Central de Rusia, que se ha fijado como objetivo que sus reservas de oro alcancen el 10% del total de sus reservas monetarias, lo que significa llegar hasta las 1.200 toneladas, frente a las 500 toneladas que poseía a finales del pasado año. La crisis ha hecho saltar en pedazos las tesis de responsables políticos, como el anterior vicepresidente económico del Gobierno Pedro Solbes, quien afirmó que el oro «jugó en el pasado un papel fundamental como elemento de reserva que está desapareciendo, ya que no es un activo rentable».
Los galeones de la Carrera de Indias naufragados en aguas españolas, según estimaciones conservadoras, albergarían más de 2.000 toneladas de oro. Parece que España, finalmente, deja de vivir de espaldas al mar.
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