El Espacio Berengo, construido en una antigua fábrica de vidrio del siglo XVIII que Berengo compró hace ya siete años, albergará su propia colección permanente, así como diversas exposiciones itinerantes y una biblioteca dedicada íntegramente al mundo del cristal.
"El vidrio no ha sido valorado suficientemente y veo este nuevo museo como parte de mis esfuerzos para elevar su categoría a obra de arte", dice Berengo, que cuenta con tres galerías en Venecia, cuatro en Murano y otra en Arnhem, Holanda. "Peggy Guggenheim me inspiró para crear esta nueva iniciativa, pero el tipo de cristal en el que yo me baso no tiene nada que ver con los movimientos del cristal americanos".
En los últimos veinte años, Berengo -que posee un horno para vidrio que permite utilizar a los artistas de forma regular- ha acumulado una buen número de prototipos de artistas, entre ellos Kiki Smith, Tony Cragg y Fred Wilson. Cuenta con 900 ejemplos en total, que abarcan desde finales de los 80 hasta la actualidad, muchos de los cuales serán exhibidos en el nuevo espacio. También posee una gran cantidad de material de archivo, incluidos dibujos y vídeos.