En la parte exterior de la torre, el artista colocó algunos recipientes de cerámica con agujeros para que sonaran cuando el viento soplaba. En el interior se puede ver un piano que Dalí utilizaba durante algunas interpretaciones de sus performances y, además, se han colocado dos pantallas para mostrar al público material audiovisual relativo al artista, realizado durante los años 60 y 70.
Según confesaba Dalí, "Portlligat es un lugar para los logros. Es el lugar perfecto para mi trabajo. Todo viene junto: el tiempo pasa lentamente y cada hora tiene su dimensión correcta. Existe una tranquilidad geológica: se trata de un caso planetario único”.
Dalí y Portlligat
La Casa-Museo Salvador Dalí en Portlligat fue el único domicilio fijo del artista, el lugar en el que vivió y trabajó habitualmente hasta 1982 cuando, tras la muerte de Gala, trasladó su residencia al Castillo de Púbol. Salvador Dalí llegó a Portlligat en 1930 atraído por el paisaje, la luz y el aislamiento del lugar, ocupando una pequeña cabaña de pescadores. Tomando como base esa construcción inicial, creó su casa poco a poco a lo largo de cuarenta años. Él mismo la describe como “una verdadera estructura biológica […]. Cada nuevo impulso en nuestra vida tiene su propia nueva celda, una habitación".
El resultado de ese continuo acondicionamiento es la actual estructura laberíntica que, desde la propia entrada, el vestíbulo del Oso, se extiende en torno a una sucesión de zonas conectadas por pasillos estrechos, pequeños cambios de nivel y callejones sin salida.
La multitud de objetos y recuerdos de los Dalí allí contenidos -alfombras, flores secas, tapicerías de terciopelo, muebles antiguos, animales de peluche, etc.- hacen que estas zonas resulten decoradas de un modo especialmente cálido. Además, todas las habitaciones tienen ventanas de diferentes formas y proporciones que enmarcan el mismo paisaje, un punto de referencia constante en el trabajo de Dalí: la bahía de Portlligat.
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