Por poner un ejemplo, Apter-Fredericks de Londres, especializado en muebles ingleses del siglo XVIII, tuvo una espléndida e inesperada noche de apertura: en los primeros 20 minutos ya habían vendido una rara caldera de caoba tallada (1760) a un coleccionista estadounidense a un precio que rondaba los 180.000 dólares y poco más tarde un par de sillones Jorge III originales de Thomas Chippendale (1775) por 120.000 dólares.
Mapa de Ricci
También en la misma noche de apertura, el distribuidor de libros londinense Bernard Shapero vendió un Mapa de Ricci, una de las siete copias del mapa del mundo que hizo el sacerdote jesuita italiano Matteo Ricci en 1602, que muestra el mundo con China en su centro, por un millón de dólares a un filántropo que tiene la intención de donarlo a una institución estadounidense.
Aunque quince de los expositores tradicionales del evento abandonaron la cita de este año, en su lugar se sumaron 20 nuevos, dando lugar a un total de 65 firmas, tres más que en la pasada edición, con una política general algo diferente a la del año anterior: algunas áreas redujeron su oferta y otras concentraron sus esfuerzos.
Buenas noticias
En concreto, en lo relativo a los grandes maestros, la selección fue mucho menor que otros años, pero la incorporación de Ariadne Galleries hizo que la oferta, sin embargo, fuera mucho más fuerte. El distribuidor de Nueva York presentó una gran escultura de bronce del sur de Arabia del siglo VIII a.C. valorada en 900.000 dólares, así como un impresionante mosaico romano con Afrodita, rodeado de dioses marinos y criaturas del mar, del siglo I a II d.C., a un precio de 390.000 dólares.
En definitiva, muy buenas noticias para el mundo de las antigüedades, que en breve tendrá una importante cita en Madrid con FERIARTE, del 21 al 29 de noviembre próximos.
International Fine Art & Antique Dealers Show.