La que podríamos llamar cuasi-escultura Train -una réplica de una locomotora de vapor Baldwin de la serie 2900, originaria del año 1943, de unos 22 metros de longitud, suspendida verticalmente de una grúa de 50 metros- fue inicialmente programada para ser completada en 2011 o 2012,  con un presupuesto que se rumoreaba que andaba por los 25 millones de dólares, aunque el museo siempre se negó a revelar las cifras, salvo para decir que se había presupuestado en "muchos millones" de dólares. Si este coste fuera cierto, Train sería una de las piezas más caras de arte jamás encargadas por un museo.

¿Viabilidad?

Casi tres años después de su anuncio, Train no sólo está lejos de su finalización, sino que incluso ni siquiera tiene una fecha de inicio para su construcción. Fuentes del museo han declarado a los medios que “el proyecto se encuentra todavía en algún lugar entre la viabilidad y las fases de diseño, y que el público no podrá ver la obra acabada hasta 2014".

John Bowsher, director de Instalaciones Especiales de Arte del LACMA, ha comunicado que las próximas fases previstas para Train son dos pruebas reales: una para confirmar el tamaño que deberá tener la grúa y otra para ver si los materiales reales de la locomotora se ajustan a los estándares marcados por el artista. La realidad es que ninguna de las dos pruebas han comenzado y que, según Bowsher, "no se ha marcado aún la fecha de inicio del proyecto".