Como consecuencia de estas labores, han quedado de nuevo al descubierto una serie de revestimientos de oro, mármoles de color y pinturas que originalmente decoraban el palacio gótico de la Plaza de San Marcos, construido en su mayoría entre los siglos XIV y XV, donde se ubicaba el alto funcionario de la ciudad cuando Venecia era la capital de una poderosa república independiente gobernada por el Dux.

La restauración comenzó en 2007, con la reparación de unas filtraciones de agua en la iglesia privada de los Dogos y cuenta con un presupuesto final de alrededor de 2,5 millones de euros.