La Inmaculada, recientemente adquirida por Focus-Abengoa, suscitó entre los expertos uno de los enfrentamientos científicos más apasionados cuando salió a la venta pública en Sotheby’s en 1994. La puja más elevada se quedó lejos del precio de reserva fijado entre la casa de subastas y Charles Bailly, el propietario de la obra. Las dudas sobre la autoría de Velázquez provocaron que los asistentes no se implicasen más en su compra.
¿Velázquez o Alonso Cano?
El entonces director del Departamento de Pintura Antigua de Sotheby’s, Hugh Brigstocke, no dudó en culpar del fracaso a Alfonso Pérez Sánchez, ex director del Prado que había atribuido el lienzo a Alonso Cano en su periodo de formación de Sevilla.
Sin embargo, para Jonathan Brown, se trataba sin duda de una pintura de Velázquez joven. Tras ser adquirida por la Fundación sevillana, los análisis del lienzo, estudios radiográficos, macrofotografías y un cuidado estudio de Benito Navarrete demostraron que se trataba de una obra juvenil del maestro sevillano.
El acuerdo entre Focus-Abengoa y el Prado se circunscribe a esta obra y no a otras propiedad de la Fundación. La contrapartida será el patrocinio de la muestra sobre Justino de Neve, el gran amigo de Murillo, que tendrá lugar en Madrid y Sevilla.