El malagueño superaba de esta forma a Alberto Giacometti, que ocupó ese puesto durante apenas unos meses con su escultura El hombre que camina I (1961), subastada en la sede de Sotheby’s en Londres el pasado febrero por 104,3 millones de dólares (74,3 millones de euros). Hasta esa puja, Picasso ostentaba el récordo absoluto con su Muchacho con pipa (1904), subastado en 2004 en Sotheby’s por 104,1 millones de dólares (74,1 millones de euros).
Época muy prolífica
El artista pintó el cuadro poco después de cumplir 50 años, cuando el romance ya tenía cinco de historia, en uno de los mejores períodos y más prolíficos de su vida. De hecho, los críticos coinciden en señalar el período que va de 1931 a fines de 1932 como el cenit de su carrera. Era en ese momento el artista vivo más famoso del planeta, mimado por la fama y por las mujeres.
En este lienzo de grandes dimensiones (160 cm x 130 cm) no sólo aparece la imagen de aquella mujer que albergó la esperanza de casarse con Picasso hasta que éste murió en 1973 y que se suicidó tras su muerte sino que también puede verse el perfil del artista, que observa el busto de su amada desde un pedestal.
La cifra de partida de la puja fueron 58 millones de dólares. Cuando se alcanzaron los 88 millones, sólo quedaron dos coleccionistas "activos" a través del teléfono. La puja se cerró tras nueve minutos en 95 millones de dólares (con la comisión y los impuestos se alcanzan los 106,482, 500 mencionados) provocando un estruendoso aplauso en la sala. La identidad del comprador no se hizo pública.
Propiedad de un millonario de L.A.
Hacía cinco décadas que el cuadro no se mostraba en público. En 1951, fue adquirido por Sydney F. Brody, un constructor enamorado del arte moderno que amasó una de las mejores colecciones de EE.UU., la que ayer protagonizaba la subasta de Christie’s. Entre otras joyas de dicha colección se vendió una escultura de Giacometti, Grande tête mince, (1954-1955) por 53,2 millones de dólares y otra del mismo autor titulada El gato por 20,8 millones de dólares.
Ayer, mientras los millonarios hacían sus ofertas en la sala de Christie’s del Rockefeller Center, en el Museo Metropolitano de Nueva York, largas colas de amantes del arte esperaban con paciencia para visitar la muestra que le ha dedicado al malagueño con obras de su propia colección.
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