La donación está constituida por escenografías, figurines, 20 dibujos, carteles, maquetas, indumentaria teatral, más de 100 programas de mano, 4.100 fotografías, 100 premios y condecoraciones y un importante archivo de 4.600 documentos de gran valor para conocer la historia del teatro reciente en España, entre los que figura gran cantidad de correspondencia, manuscritos, recortes de prensa y felicitaciones.
El acto de presentación ha contado con la participación de un buen número de personalidades del mundo de la cultura, acompañados por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde; el director general del INAEM, Félix Palomero; el director del Museo Nacional del Teatro, Andrés Peláez; Mercedes Lezcano, viuda de Marsillach, y Blanca Marsillach, hija del artista.
Actitud ética
En su intervención, la ministra ha destacado la actitud ética y coherente que mantuvo Marsillach a lo largo de su carrera, y la importancia de lo intangible en el legado del artista. “Hizo una gran labor como impulsor del Centro Dramático Nacional, del que fue su primer director, o de la Compañia Nacional de Teatro Clásico, hace 25 años. Hizo mucho como director del INAEM y todavía más como dramaturgo, y como director, y como actor”, ha señalado.
De igual forma, González-Sinde ha agradecido la generosa donación de Mercedes Lezcano al Museo Nacional de Teatro, “porque en las 4.000 fotografías, en los centenares de cartas manuscritas, en cada uno de esos recuerdos tan valiosos que ya esperan a los documentalistas, está también todo lo que hizo. Al honrar su memoria, honramos y avivamos también a muchos de los mejores de nuestra sociedad”.
Adolfo Marsillach (1928-2002) inició su actividad escénica a los 18 años en Radio Barcelona. Comenzó interpretando pero pronto compartió esa actividad con la dirección de escena. No menos importante y prolífica fue su carrera cinamatográfica. Como escritor, además de su labor como articulista, escribió obras teatrales y unas memorias. Se implicó en fundamentales proyectos institucionales de renovación teatral, como el apoyo a la fundación del Centro Dramático Nacional en 1978; la creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico en 1985 y la dirección del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) entre 1989 y 1990. |