El hallazgo incluye aproximadamente 52.500 monedas romanas, entre las cuales se encuentran más de 760 piezas con la imagen de Marco Aurelio Carausio, el oficial naval romano que tomó el poder en Gran Bretaña y el norte de Francia a finales del siglo III dC proclamándose emperador y gobernando hasta que fue asesinado en el año 293.

Con un valor inicial tasado en unos 3,6 millones de euros, fue localizado y encontrado por Dave Crisp, según informaron el Consejo del Condado de Somerset y funcionarios del Programa de Antigüedades Portátiles, un departamento del Museo Británico que negocia la valoración y compra de tesoros encontrados.

Ley del Tesoro

Oficialmente, el hallazgo se encuentra bajo investigación del forense de Somerset para dictaminar si está sujeto a la Ley del Tesoro, un paso formal hacia la determinación del precio a pagar por cualquier institución que desee adquirirlo.

Las monedas, enterradas a unos 30 cm de profundidad y con un peso total de 160 kilogramos, se encontraban guardadas en una gran olla que el cazador respetó, solicitando la ayuda de un experto para completar su descubrimiento. Funcionarios del Consejo de Somerset han reconocido que esta «afortunada decisión» permitirá a los arqueólogos excavar cuidadosamente la olla y su contenido para obtener datos importantes sobre las circunstancias en que fue realizado el enterramiento.

Según Roger Bland, del Museo Británico, «el final del siglo III dC es una época en la que lo que hoy es Inglaterra sufrió invasiones bárbaras, crisis económicas y varias guerras civiles. Este hallazgo nos dará la oportunidad de situar a Carausio en el mapa con más exactitud. Hasta ahora, los niños en edad escolar de todo el país han estado estudiando la Britania romana durante décadas, pero nunca se les enseñó nada concreto acerca de Carausio, nuestro perdido emperador británico».