En los trabajos se consiguió eliminar gran parte del barniz degradado, dejando sólo una fina capa. La limpieza no tuvo como consecuencia un cambio importante de color, aunque sí mejoró su saturación, lo que contribuye, según los responsables de la galería, a que pueda apreciarse mejor todo el abanico tonal, sobre todo en las zonas más oscuras.
Barniz inestable
La restauración fue llevada a cabo por el director de Conservación, Larry Keith, en colaboración con el curator de Pintura, Luke Syson, y el Departamento Científico dirigido por Ashok Roy.
Tras intensos trabajos de investigación, los responsables de la pinacoteca londinense se decidieron a limpiar el cuadro al comprobar que un barniz que se aplicó a la obra hacia 1948-49 se comportó de forma inestable y con una fuerte tendencia a amarillear.
Impacto total
Además, el craquelado sufrido por el esmalte y el polvo absorbido a lo largo de los años por la superficie cerúlea del cuadro impedían que el barniz saturase totalmente la obra, lo que había acabado por provocar la pérdida de parte de la sutileza del sombreado y reducido su sentido del espacio, en detrimento de su impacto total.