Hasta la fecha, todas las resoluciones emanadas de los tribunales esclesiásticos –entre ellas la emitida en 2007 por el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, máximo organismo judicial del Vaticano– han sido favorables a la iglesia aragonesa, si bien la diócesis leridana, que no las ha acatado, considera que no le han dejado nunca acreditar las pruebas de su titularidad.

Ahora, una sentencia del juzgado número 4 de Lérida ha rechazado –y es la primera vez que lo hace un tribunal civil– la demanda interpuesta por la Asociación de Amigos del Museo de Lérida que pretendía demostrar que parte de los bienes en cuestión (en concreto 85 piezas de arte sacro de las 113 en disputa) pertenecían al obispado catalán, y desestima que éste sea dueño de esos bienes por usucapión (a veces llamada prescripción adquisitiva), figura jurídica que consiste en declarar propietario de un bien a aquel que demuestre que durante una serie de años ha sido poseedor de forma pacífica y ha mantenido correctamente ese bien. De las restantes piezas, el Obispado de Lérida siempre ha reconocido que las tenía en depósito.

Usucapión no demostrada

Para la jueza Beatriz Terrer, «no queda acreditada la adquisición de la posesión por parte del obispado de Lérida de los bienes comprendidos» y recuerda que «la actuación de gestión de los bienes de un museo y la realización de tareas de restauración de las piezas que alberga o la asunción de su coste por el titular del museo no es incompatible con el hecho de que la propiedad de las piezas las mantenga otra persona depositaria de las obras en el mismo, de manera que no puede calificarse como acto inequívoco en concepto de dueño de dicho bien».

Gran parte del documento insiste en que no se acredita ningún título que permita dilucidar que es el obispado de Lérida el propietario de los bienes en litigio. En la sentencia se recogen incluso las ocasiones en las que los propios obispos leridanos han reconocido públicamente que las dueñas de las obras de arte eran las parroquias de La Franja. Precisamente, por este reconocimiento, «se tienen que devolver a sus legítimos propietarios, si lo reclaman, es decir, a la diócesis de Barbastro-Monzón», señala la resolución judicial.

Recurso y satisfacción

«No se ha probado la concurrencia de una posesión en concepto de dueño realizada por el obispado de Lérida respecto a los bienes objeto del litigio que se identifican en la demanda», indica en otro apartado el fallo judicial, contra el que cabe recurso en los próximos cinco días. La Asociación demandante anunció ayer que recurrirá esta sentencia.

Toda la clase política aragonesa mostró ayer su satisfacción por esta sentencia. La consejera aragonesa de Educación y Cultura, María Victoria Broto, aseguró que el fallo demuestra que este asunto debe de resolverse en el seno de la Iglesia, y que es el obispado de Lérida el que debe de cumplir algo que le ha ordenado el propio Vaticano.

Por su parte, el alcalde de Lérida, Àngel Ros; el delegado de la Generalitat, Miquel Pueyo; el presidente de la Diputación, Jaume Gilabert, y el presidente del Consell Comarcal del Segrià, Ricard Pons, miembros del consorcio del Museu Diocesà de Lleida, restaron importancia a la sentencia al asegurar que habrá recurso y que no supone ningún cambio sustancial en el litigio.

Tras conocer el fallo, el obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, dijo que confía en poder inaugurar el Museo Diocesano –ya construido– el último trimestre del año con las piezas depositadas en Lérida.

Desde que los tribunales vaticanos zanjaron la disputa a favor de la devolución, el forcejeo legal entre las diócesis de Lérida y de Barbastro-Monzón se ha convertido en una pugna cargada de implicaciones políticas y sociales en ambas comunidades.