La pintura, una representación monocromática azul del rostro de Jesucristo que ha sido descrita por el jurado como "llena de ambigüedades y contradicciones”, está inspirada en la obra de Han van Meegeren, uno de los falsificadores de arte más famosos e ingeniosos del siglo XX.
Unas falsificaciones muy elogiadas
Van Meegeren (1889-1947) fue un pintor holandés que cuando los críticos de arte despreciaron su trabajo decidió dedicarse a falsificar el estilo de pintura de algunos de los artistas más famosos del mundo, como Vermeer, Frans Hals o Pieter de Hooch, consiguiendo tal fidelidad en la reproducción de las técnicas y colores que los más reconocidos expertos en arte consideraron sus pinturas como genuinas e incluso alguna de ellas como “obras maestras”, como es el caso de "Los discípulos de Emaús", creada en 1937, declarada por muchos críticos como la mejor obra de Vermeer que jamás se había visto.
Pero durante la Segunda Guerra Mundial uno de esos falsos "vermeer" acabó en poder del lugarteniente de Hitler y comandante supremo de la Luftwaffe, Hermann Göring, lo que provocó que Van Meeregen fuera acusado de colaborador de los nazis, como responsable de la venta de un bien propiedad cultural de la nación holandesa.
Ante la magnitud de los cargos, Han van Meeregen confesó la falsificación y con ella salieron a la luz todas las demás piezas realizadas hasta ese momento.
Repite Vermeer
Esta es la segunda ocasión en que Vermeer ha estado relacionado con el ganador del Premio de Pintura John Moores. En 2006, otro artista ganó el primer premio con una obra titulada “Antes de las nubes de Vermeer”, un paisaje ficticio que expresaba plenamente la sensación de estabilidad y paz que reflejan la amyoría de los trabajos de Vemeer .