Icono escultórico

El Pensador, obra erigida originalmente por Rodin en 1881 con un tamaño de 71 centímetros y aumentada después hasta los 181 centímetros en 1904, fue fruto del encargo de La Puerta del Infierno, para la que el artista pensó incluir una figura de Dante que contemplara bajo sus pies el desarrollo de la Divina Comedia, pero acabó convirtiéndose en un tema autónomo.

Luis Reverter, secretario general de la Fundación, cree que “Rodin realizó esta escultura pensando en el Creador y se ha convertido en el icono de la escultura contemporánea por su fuerza y tensión increíble. Es una de las figuras más representativas de la escultura mundial de siempre".

Clásico y moderno

En el Monumento a los Burgueses de Calais, compuesta por seis esculturas, Rodin rememora un episodio de la Guerra de los Cien Años, cuando el rey inglés Eduardo III conquistó la ciudad y obligó a seis burgueses a entregarse para ser ajusticiados a cambio de la salvación del municipio. La obra, inaugurada en 1895, y cuyo peso supera las dos toneladas, se ha considerado la perfecta conjugación de lo moderno y lo clásico.

Para la comisaria del Museo Rodin de París, Hélene Marraud, Los burgueses reflejan en sus rostros la "desesperación y el dolor de un grupo de hombres que se ofreció para entregar las llaves de la ciudad al victorioso Rey de Inglaterra".

Las ocho esculturas de esta muestra se han colocado al nivel de los viandantes, de modo que se puedan acercar a ellas e, incluso, relacionarse con ellas ya que, como asegura Reverter, “eso era lo que pretendía Rodin con sus obras” y ahora se consigue con esta muestra que llega a Madrid tras recorrer Málaga, Palma de Mallorca, Granada, Valladolid, Sevilla y Bilbao.