El artista muestra una vez más el diálogo fundamental que existe entre el espacio expositivo y su obra, adaptando el proyecto tanto a la gran escala de una sala variada y polivalente como la del Koldo, como al espacio más reducido de la galería. El resultado es una exposición más introspectiva, ya que muestra a la vez trabajos nuevos con piezas puntuales de series anteriores que facilitan al espectador la visión del punto de partida y una perspectiva más amplia de su trabajo.
Innegable vinculación con la arquitectura
En sus últimas series, Ortiz continúa con su innegable vinculación con la arquitectura. Los paisajes fotográficos que conforman su serie Millau están cuidadosamente estructurados por medio de líneas rectas, ángulos, abruptas verticalidades y monumentales líneas de luces y sombras. Pero si antes el artista se interrogaba sobre la posibilidad de una arquitectura inexistente, de un lugar de roce entre el espacio físico y la construcción mental, ahora se decanta por la creación de fotografías que abandonan el plano de lo bidimensional para convertirse en objetos físicos que pueden ser rodeados por el espectador. Es el caso de sus series Amorfosis y Gap, formadas por impresiones fotográficas directamente impresas sobre estructuras de aluminio de diverso formato y configuración.
En palabras del artista: "Después de un trabajo de deconstrucción fotográfica que me ha ocupado los últimos diez años, he optado en esta ocasión por objetos abiertamente tridimensionales. No tanto fotografías sobre el espacio como fotografías en el espacio; no tanto fotografías sobre construcción, como construcciones fotográficas".
Madrid. Aitor Ortiz. Obra reciente. Galería Max Extrella. Santo Tomé, 6 (patio).
Hasta el 23 de mayo de 2009.