Gran parte de este nutrido conjunto de piezas pertenece al Museo de Zaragoza, que acomete una reforma de sus instalaciones que ha he hecho posible que de forma excepcional pueda cederlo para esta exposición que se inaugura en Bilbao y más tarde viajará a Valencia y a Zaragoza. A este núcleo principal se han sumado numerosos préstamos de diversos museos e instituciones, con cuya colaboración ha podido establecerse este completo panorama del Renacimiento en Aragón.

Esplendor aragonés

Siguiendo pautas establecidas durante el siglo XV, el arte, y especialmente la escultura, vivirá en Aragón durante el siglo siguiente un momento de gran esplendor, debido a la abundancia de encargos. De este modo, la exposición comienza con obras singulares del arte gótico del siglo XV, como las de los escultores Pere Joan, Miguel Ximénez y Martín Bernat y los pintores Bartolomé Bermejo y Blasco de Grañen, para culminar en el esplendor renacentista del siglo XVI, ejemplarizado por el trabajo de artistas destacados de este periodo, como los escultores pertenecientes a la familia y entorno de Damián Forment o el escultor vasco Juan de Anchieta, y los pintores Juan de Juanes y Jerónimo Cosida.

Junto a ello, se muestran algunos ejemplos internacionales, que, procedentes fundamentalmente de Flandes e Italia, ejercieron una notable influencia.

 

Bilbao. El esplendor del Renacimiento en Aragón. Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Hasta el 20 de septiembre de 2009.

 

 
 
 

Joaquim Mir, "Vista de l´Aleixar", 1915   Joaquim Mir. Antológica 1873-1940

"Sólo quiero que mis obras alegren el corazón e inunden de luz los ojos y el alma". En 1928, Joaquim Mir resumía así su manifiesto como artista. El color y la luz lo significaron todo para el pintor barcelonés, y con ellos construyó un lenguaje personal con el que creó una obra sorprendentemente moderna, más allá de los movimientos artísticos con los que se le ha querido asociar, como el impresionismo o el simbolismo. Su evolución artística osciló entre el realismo y la abstracción, aunque aparecen dos constantes en su producción pictórica: el establecimiento de una nueva visión de la naturaleza y la búsqueda de la belleza con un afán firme pero también lleno de tensión creativa.

Joaquim Mir es uno de los pintores más célebres e influyentes de la pintura catalana de principios del siglo XX. A partir de una selección de unas 80 obras —entre óleos, pasteles y dibujos—, la muestra da una idea completa de su trayectoria, que comienza con un naturalismo primerizo y desemboca en un estilo más personal, próximo al impresionismo y la abstracción. La exposición también repasa cronológicamente cada momento vital del artista, desde su Barcelona natal hasta sus estancias en Mallorca, el Camp de Tarragona, el Vallès y Vilanova. Gracias a la larga labor de investigación e interpretación desarrollada por el comisario Francesc Miralles, esta antológica mostrará algunas de las piezas más maduras y reflexivas del artista, así como algunas obras desconocidas por el gran público, pertenecientes a diversas colecciones privadas. Incluye además una selección de las filmaciones familiares realizadas por el propio pintor.

Catálogo/Tienda/Publicaciones

18 mayo – 26 julio, 2009

 

 
 
 

Ignacio Zuloaga, "La víctima de la fiesta", 1910   Depósito Zuloaga

El Museo ha recibido en depósito una obra relevante del pintor Ignacio Zuloaga (Eibar, 1870–Madrid, 1945), La víctima de la fiesta, procedente de The Hispanic Society of America de Nueva York, que permanecerá expuesta en el Hall Mogrovejo del Edificio Antiguo del Museo hasta octubre de 2009.
Con un ambiguo título, el lienzo muestra a un picador -Francisco el Segoviano, el habitual modelo de Zuloaga- que, agotado, cabalga en un rocín herido tras una corrida de toros. La escena se sitúa en un paisaje sombrío, al parecer, Sepúlveda, que muestra la herencia y la admiración de Zuloaga por la pintura de El Greco. Un dibujo preparatorio, titulado “Rocinante” refuerza la comparación con el personaje de Don Quijote.

30 octubre, 2007