Hannah Collins trabaja a escala monumental. Sus fotografías panorámicas y proyecciones multipantalla son de las mayores que se pueden encontrar en el arte contemporáneo, y también de las más íntimas. Pero, para Collins, la escala con la que trabaja no es ni grande ni pequeña, sino simplemente “adecuada”. Observar una película en pantalla múltiple resulta, por definición, una experiencia descentralizadora, y éste es uno de los grandes temas en las películas de Collins: ¿Qué le ocurre a alguien que viene de una situación diferente y se encuentra, por azar o por fuerza, en otro lugar?
Desarraigo y soledad
Precisamente, la relación entre la soledad y la compañía está presente en gran parte de su obra. Dicho en otras palabras: el desarraigo, la dificultad de establecer vínculos afectivos, de romper el aislamiento y desarrollar formas de vida colectiva. Esta situación se puede percibir en las películas más recientes de la artista.
Bajo el título Hannah Collins. Historia en curso. Películas y fotografías, la Obra Social ”la Caixa” presenta una exposición que reúne cuatro películas, tres de ellas en pantalla múltiple, y una filmación que se expone por primera vez, Soledad y Compañía.
La muestra se completa con una veintena de fotografías, algunas de ellas en formato panorámico. Aunque La Mina, Historia en curso (encargada por la Fundación ”la Caixa”) y Paralelo difieren en la estructura y el escenario, todas ellas buscan un mismo significado. Los escenarios varían (una comunidad de gitanos, un pueblo ruso, una fábrica francesa abandonada y las geografías fracturadas de la migración económica), pero, en cada situación, Collins organiza la película en torno a las frágiles conexiones entre los individuos y los grupos sociales.
La Mina
En 2001, Hannah Collins y su equipo filmaron 24 horas de metraje con película de 35 milímetros en una extensa zona de Barcelona habitada principalmente por la comunidad gitana. El resultado es una película a caballo entre el documental de observación y un enfoque más basado en la actuación y la colaboración. Si bien algunas escenas se planificaron y se interpretaron, hay otras que son situaciones que surgieron de forma espontánea y se captaron para la película.
La Mina huye de un punto de vista único. En este sentido, evita los retratos fijos y estrechos de miras sobre la vida actual de la comunidad gitana. En vez de esto, Collins construye un filme complejo, intrincado y rítmico alrededor de motivos repetitivos y del simbolismo de la ciudad misma. Alejándose de las pautas del cine y de los documentales convencionales, La Mina presenta a los espectadores un atractivo puzzle que es, a la vez, social, estético, político y ético.
Paralelo
Paralelo es un filme que parte del reto de representar los flujos migratorios, tan característicos de la vida contemporánea. Collins se sirve de tres pantallas para describir tres experiencias muy diferentes sobre el espacio temporal y físico, como consecuencia de la inmigración.
Paralelo explica la historia de tres personas. Dewa, un camerunés de un pueblecito, que arriesga su vida para trasladarse a Madrid. Sabe francés y está estudiando español, pero tiene dificultades para conseguir una vida estable. Pamela pertenece a una extensa familia ugandesa y vive con su marido, un diplomático italiano, en Roma. Es ambiciosa, de mentalidad independiente y trabaja para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Roma y París. Constantine llegó a Londres hace ocho años procedente de Costa de Marfil. Está divorciada y vive con su hijo de siete años. Es miembro de una iglesia evangélica que tiene una importancia muy grande en su vida.
Paralelo evita las estadísticas frías y la retórica inflamada sobre la emigración hacia el «corazón de Europa». En vez de esto, Collins ofrece una película que es, a la vez, un conjunto de retratos de personas individuales y una fotografía más amplia de la situación socioeconómica.
Historia en curso
Historia en curso presenta un día en la vida de la familia Chiline y otras personas de la población de Beshencevo, en las afueras de Nizhny Novgorod, en la Rusia central. Aquí vemos el contraste entre el tejido del pueblo presoviético y la desgastada ciudad postsoviética. La situación actual en Rusia no es ni estable ni predecible. Descubrimos que cada miembro de la familia se adapta a los cambios de una manera diferente. Sobre el telón de fondo de las decisiones políticas distantes y casi abstractas, se encuentra consuelo en el juego, la religión y la superstición. Los pocos niños que quedan en el pueblo reciben una educación clásica, pero cuentan con pocos medios para ser conscientes de todas las fuerzas que dirigen sus vidas y sus elecciones personales. Edouard, miembro de la familia Chiline, conoció la obra de Collins en Amsterdam e invitó a la artista a visitar su pueblo. Tras una visita inicial, regresó en pleno invierno con todo el equipo. Filmó durante 14 días, a partir de un guión que había escrito el mismo Edouard junto a otros habitantes. Las siete horas de metraje resultantes han sido editadas en dos versiones de la película, una para ser mostrada en galerías de arte y la otra para un formato de cine.
Soledad y Compañía
En Solitude and Company (Soledad y Compañía), Hannah Collins sigue explorando geografías e historias superpuestas. Es una filmación a intervalos (con la técnica time-lapse), rodada en película de 16 mm durante tres días en la fábrica de La Tossée, Roubaix (Francia), recientemente cerrada. Mientras vemos transcurrir 24 horas en este inmenso edificio vacío, vamos escuchando a los residentes de Roubaix reviviendo sus sueños. Todos estos soñadores están relacionados en algún modo con Argelia, y en sus sueños suelen visitar lugares inalcanzables en su vida cotidiana. Un hombre se ve a sí mismo sobrevolando su hogar, en Argelia. Otro se convierte en presidente de Francia, con la capacidad de cambiar el país a voluntad. Sus sueños nos llevan de viaje por las dunas del desierto del sur de Argelia, a las tiendas de los beduinos, a un club nocturno de Lille y a la sabana, donde un niño soñador se ha convertido en un leopardo salvaje. Visualmente, sin embargo, seguimos firmemente instalados en la fábrica, asistiendo al paso lento de la luz, que llega y se va para animar la quietud del interior.
Al principio, la filmación incorpora imágenes de archivo de las fábricas, grabadas a finales del siglo XIX y principios del XX. El reconocido discjockey local, Boulaone, ha creado una banda sonora que sirve de telón de fondo para las escenas de la actividad industrial. Se trata de un viaje por las mentes de unas personas instaladas entre las ruinas del paisaje urbano, donde están construyendo una nueva sociedad y una nueva vida.
Madrid. Hannah Collins. Historia en curso. Películas y fotografías. CaixaForum.
Del 20 de noviembre de 2009 al 21 de febrero de 2010.
Comisario: David Campany.