La mayoría de las obras que se exhiben proceden de los fondos de museos, instituciones y colecciones particulares, entre ellas la de la propia familia del artista. Para la comisaria de la muestra, María José Salazar, la faceta de dibujante de Pablo Gargallo "ha pasado inadvertida al ser el primer escultor que utilizó el metal en sus piezas". Coincidiendo con la exposición se ha publicado un catálogo donde, por primera vez, se analizan y recogen sus dibujos de una forma sistemática.
Faceta poco conocida
Salazar, quien ya se encargó de realizar una exposición sobre los dibujos de Gargallo en el Museo Reina Sofía en 1988, ha asegurado también que el autor "no entendía el dibujo como creación artística, ya que para él suponía un descanso, dibujaba por el placer de dibujar".
En la muestra están representados todos los periodos creativos de Gargallo, desde su juventud a sus últimos años, organizados de forma temática y no cronológica. La obra más antigua está fechada en 1895, cuando el artista era un joven de catorce años, y la más moderna, en 1934, cuando falleció. En ese periodo hay, sin embargo, un vacío que va de 1913 a 1924, unos años de los que apenas se conservan dibujos.
Algunos de los dibujos más interesantes de la muestra son sus retratos y autorretratos, donde aparece la parte más íntima y sincera de Gargallo, que supo transmitir muy bien el interior del personaje, su intimidad y su personalidad. El artista captó a sus amigos, a sus familiares y con mucha frecuencia a sí mismo, hasta el punto de que dejó trazado un verdadero recorrido autobiográfico que ahora se puede seguir en esta exposición.
Santander. Pablo Gargallo (1881-1934). Dibujos. Fundación Marcelino Botín.
Del 25 de marzo al 30 de mayo de 2010.