Guedes es un artista que se integra en los medios y soportes técnicos de su tiempo y sus ideas se asocian con la realidad contemporánea, razón por la cual, iconos del presente forman parte de su obra ecléctica y cotidiana.
Cualquiera de las disciplinas que elige para comunicarse con el público, bien sea la fotografía, el vídeo, la instalación, la pintura, el diseño, el objeto o la intervención, muestran un sustrato común que se refleja en el gusto por transitar y dialogar con momentos o detalles de la vida doméstica de nuestro tiempo.
Se puede decir que toma como referente estereotipos reconocibles del "sistema" para abordarlos y crear un discurso narrativo, en muchas ocasiones, cargado de una crítica a la vida pública de su país. Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo que reproduce la totalidad de las obras expuestas y contiene textos del comisario de la muestra, Nilo Casares, y de la directora del IVAM, Consuelo Císcar.
Libertad de lenguaje
José Guedes propone en su discurso artístico que cada objeto en sí mismo contenga una poética que puede expresar, porque tiene una emoción contenida, una lírica que desea ser encontrada para manifestarse. Es la libertad del lenguaje del artista la que le permite encontrar esa sensibilidad en los objetos para conferirles una teatralidad de la que a primera vista adolecían. Con la intervención del arte, el hecho cotidiano contiene claves que lo integran en una gran escenografía, bien por el nuevo espacio que ocupa, bien por la luz.
En sus obras no es posible hacer la distinción entre pintura y fotografía porque muchas veces las dispone sobre el mismo cuadro asignándole al pigmento, el matiz de la representación fotográfica. Existen dos series suyas (Mineral y Vegetal), que indican la procedencia mineral o vegetal de los pigmentos y, desde ese momento, la pigmentación pasa a ser el contrapunto de la vida registrada fotográficamente; así, en su serie Moradia la pintura es lo que no está en las fotos el exceso de color se ve interrumpido siempre por una masa negra y rotunda.
Guedes juega con la pintura y la fotografía, sin caer en prejuicios sobre qué sale de su mano, qué de su retina, y cuántos de los trazos fueron dados por una máquina. La pintura y la fotografía van al paso de un cuadro a otro. En su fotografía existe un componente constructivo, que le lleva a superponer imágenes sobre imágenes hasta conseguir un campo visual plagado de referencias, como en sus series Cinema, Marienbad, Mediterrâneo y significados y denuncias como en Duetos, Corpos y Monet (serie ésta que como Memoria se exhiben por primera vez en esta exposición).
Al incitarnos a mirar de forma constructiva, da origen a series fotográficas en las que la unión de las partes es más notable y exige una mayor participación del espectador como en Horizonte, Paissagem, Patagônia o Identidade. También en las imágenes de la serie, también hasta ahora inédita, Piscinas, son clave para comprender el conjunto de su obra, porque en ella está contenido el polígono que pierde su rectitud, el agua que refracta o refleja, y en definitiva nos advierte de que lo visto no es simple y responde a un mecanismo que no se percibe pero del que se pueden mostrar sus consecuencias al distanciarse del medio en que las imágenes están inmersas, porque ese medio es la fuente de los equívocos.
Medio que distorsiona
En sus vídeos e instalaciones como Água-Cidade, Caminada, Montecristo, Cinema o Muro, Guedes recurre frecuentemente a la cámara de televigilancia e insiste de esta manera en las falacias que el medio provoca, en los mensajes y en sus imágenes ocultas, nos muestra un medio que distorsiona. También el sonido es utilizado como un importante contrapunto de la imagen, incluso de su ausencia.
Sus obras, sobre todo las instalaciones (en la exposición se muestran por primera vez las instalaciones Madi, Negativos y Nocturno) expresan un testimonio efímero de lo instantáneo, presentando en consecuencia, una resistencia vital al cumplimiento de funciones emblemáticas y de legitimación de las formas sociales instituidas, para concentrar sus esfuerzos en la producción de un diálogo público. Incluso en lo efímero de algunas de sus piezas se sustancia la necesidad de una constitución de un espacio intelectual permanente que permita la discusión y reflexión razonada de intereses sociales compartidos. Por tanto, sus puestas en escena revitalizan y renuevan el repertorio social asumido, señalando los pasos firmes de los nuevos tiempos y abandonando o desacralizando los vestigios de una herencia enraizada en la tradición colectiva.
El arte más innovador de los últimos tiempos, y muy marcadamente en los últimos años, vindicado por figuras acreditadas como Guedes, se ve envuelto en una teatralidad completa donde encuentra su fijación en superar lo doméstico con tintes escénicos y una nueva poética. La libertad, pluralidad, dinamismo, carácter innovador, interrelación y, sobre todo, una capacidad reflexiva y crítica, podrían ser algunos de los atributos que marcan la realidad del nuevo arte contemporáneo.
Valencia. José Guedes. IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno).
Hasta el 21 de marzo de 2010.