La muestra reúne la diversidad de técnicas y lenguajes utilizados a lo largo de la trayectoria artística de González y están representados todos los períodos creativos de su biografía: desde su pintura y orfebrería de principios del siglo XX a sus experimentos figurativos iniciados en la década de los años 20, e incluye tanto sus grandes esculturas de los años treinta como algunas obras realizadas en los últimos meses de su vida. En la exposición se puede ver, también, la única obra realizada en común con Picasso, un grabado de 1929-1930, y una significativa selección de piezas de joyería realizadas entre 1908 y 1940.
Uno de los grandes
Julio González (Barcelona, 1876-París, 1942) es uno de los principales escultores del siglo XX. Su obra se encuentra distribuida entre los más importantes museos de arte moderno, entre los que destacan las colecciones del Musée National d’Art Moderne (París), del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y del Museum of Modern Art de Nueva York. Sin embargo, la colección más completa del escultor es la del IVAM, que consta de aproximadamente 394 obras (esculturas, dibujos, orfebrería, pinturas y relieves).
González realizó sus primeros trabajos artísticos mientras seguía el proceso de aprendizaje del oficio paterno en el taller de forja artística que su familia regentaba en Barcelona. Fue durante sus años de formación en la Escuela de Bellas Artes de la Lonja cuando se produjeron los primeros encuentros de los hermanos José y Julio González con Pablo Picasso.
En 1900, Julio se trasladó a París con su familia e instaló un taller de orfebrería, que sería prácticamente la única fuente de ingresos a lo largo de su vida y también su ocupación principal hasta los comienzos de la década de los años 20.
Antes de este período, además de su dedicación a la orfebrería, había cultivado también la pintura y la escultura, bajo las influencias del Modernismo y del Novecentismo, y en su escultura aparecen referencias a Rodin, Maillol y Gauguin. Algunos de los temas de estas obras de juventud, como la maternidad o la mujer peinándose, se mantuvieron en su obra posterior, así como ciertos rasgos de su personalidad artística, como la sensibilidad por los materiales pobres, la austeridad de recursos expresivos o la emotividad contenida.
Relación con Picasso
Hacia 1928, el interés de Picasso por la escultura en metal le condujo al taller de Julio González para aprender la técnica de la soldadura, hasta 1931 ambos amigos compartieron horas de trabajo y aportaron soluciones técnicas en la creación de obras de gran audacia formal. Fue de esta experiencia de donde surgió el Picasso escultor y donde Julio González definió su vocación por la escultura empleando el hierro y la soldadura.
La obra de González, aunque inicialmente acusa la influencia del modernismo, alcanzó a consolidar una transacción entre realidad y abstracción y supone una vía intermedia entre el clasicismo de la masa con forma humana y la construcción del volumen abstracto. Incluso en sus obras más próximas al cubismo plasma variaciones sobre el cuerpo humano que conviven con una arquitectura abstracta. En definitiva, Julio González recuperó un material para la escultura, el hierro, y enseñó una nueva manera de trabajarlo para el arte.
Málaga. Julio González. Los límites del metal. Fundación Picasso Casa Natal.
Hasta el 4 de octubre de 2009.