Además de las imágenes de selvas legendarias características de su obra tardía, Rousseau también pintó vistas de París y sus alrededores, así como figuras, retratos, alegorías y escenas de género. Con Monet, Cézanne, Van Gogh y Gauguin fue uno de los artistas cuyas invenciones visuales allanaron el camino para la modernidad entonces incipiente.

Más allá de la tradición

Después de que los grandes impresionistas y sus herederos directos desarrollaran una nueva visión del mundo visual, Rousseau aprovechó esas fuentes más allá de la tradición académica, sirviendo de claro ejemplo a los futuros  artistas modernos todavía por venir. Nunca asistió a una escuela de arte, pero con su estilo “supuestamente inocente” logró tratar géneros tan sutiles y difíciles como el imaginario, el paisaje de ensueño o esa definitiva culminación inesperada en sus pinturas de la selva.

La exposición ilustra cómo Rousseau juntó, casi sin ser consciente, aspectos muy diversos de la civilización y la naturaleza que, sin embargo, logró adaptar a su personal concepción visual. No sólo motivos individuales, como hojas y árboles, sino también figuras y todo un completo esquema compositivo fueron transferidos de una imagen a otra.

Rousseau define el espacio pictórico escalonando elementos pictóricos del fondo al primer plano, un método que más tarde sería adoptado por los cubistas. Esta estructura pictórica de aditivos, en forma de collage pintado, prevé la autonomía del plano del cuadro que se convertiría en tan característico de la modernidad, fascinando a jóvenes artistas como Pablo Picasso, Fernand Léger, Max Ernst o Magritte.

Del fondo al primer plano

Con el fin de mostrar estos aspectos tan peculiares de la obra de Rousseau, la exposición cuenta con dos formas de presentación. Por una parte, muestra la temática de Rousseau, sobre la base de grupos de trabajos distribuidos en salas de exposición diferentes: una sala dedicada sólo a documentación introduce otras dedicadas a los retratos y los paisajes de pequeño formato francés, para finalmente acceder a la gran sala, dedicada básicamente a las imágenes de la selva.

La Fundación Beyeler es la propietaria de la colección de arte de Hildy y Ernst Beyeler. El museo, concebido por Renzo Piano, alberga desde 1997 la colección Beyeler. Se muestran alrededor de 200 obras de arte de Degas, Monet, Cézanne, Van Gogh, Picasso, Warhol, Lichtenstein o Bacon. Una tercera parte de la superficie de exposición está reservada a exposiciones temporales como ésta, que complementan la colección permanente.

Riehen (Suiza). Henri Rousseau. Fondation Beyeler.

Del 7 de febrero al 9 de mayo de 2010.