La exposición reúne 75 obras de arte, entre lienzos, grabados, documentos y objetos procedentes de los más prestigiosos museos europeos, como el Rijksmuseum, el Museo de Bellas Artes de Bruselas, el Museo Nacional del Prado, Patrimonio Nacional o el Museo del Louvre distribuidas en tres secciones que recrean y analizan La revuelta de lo Países Bajos (1559-1597), La Pax Hispanica en el contexto europeo (1598-1617) y La Tregua de los Doce Años (1609-1621) para conmemorar lo que supuso un paso decisivo para el desarrollo de un compromiso efectivo por la paz y la tolerancia en la cultura, el derecho internacional y la política europea y, en particular, en las relaciones entre España y los países que hoy integran el Benelux.

Paz y tolerancia

El 9 de abril de 1609 se firmó en Amberes la Tregua de los Doce Años entre la Monarquía española, los Archiduques de los Países Bajos españoles y la joven República de las Provincias Unidas que puso fin temporalmente a la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648). Ésta constituirá un primer reconocimiento formal de la República Holandesa como Estado independiente (aceptada finalmente por el Tratado de Münster en 1648), pero también un paso decisivo en el desarrollo de un compromiso efectivo por la paz que fue posible gracias a los tratados previos de Vervins (1598) y Londres (1604), y una cooperación activa entre los soberanos de España (Felipe III), Francia (Enrique IV) e Inglaterra (Jacobo I Estuardo).

Las Paces de Vervins y Londres, y la Tregua de Amberes–La Haya, período conocido por los historiadores como la Pax Hispanica, brindaron la oportunidad de construir una nueva imagen de prosperidad, tolerancia y libertades que todas las partes implicadas, antes en conflicto, trataron de monopolizar y gestionar. En esta exposición se hace hincapié en las dinámicas políticas e ideológicas de este proceso sin olvidar otros aspectos socioeconómicos y culturales.

Esperanzas y acuerdos

En resumen, una estimulante reflexión sobre este «tiempo de paces» en el que la política supo poner freno al fanatismo religioso, en el que la búsqueda y la conservación de la paz se estimó como el objetivo primordial, en el que se trató se construir unas relaciones entre estados más estables y prósperas, y se puso fin por un tiempo a la dinámica bélica de las últimas décadas del siglo XVI.

Las guerras no cesaron, pero sí su intensidad y repercusiones. Los conflictos se llevaron al terreno de la militancia confesional, de la propaganda, de la rivalidad diplomática y de la precedencia, y se oyeron voces que abogaban por la tolerancia, la convivencia pacífica y las libertades.

Madrid. Tiempo de paces. La Pax Hispanica y la Tregua de los Doce años. Fundación Carlos de Amberes. C/ Claudio Coello, 99.

Del 27 de octubre de 2009 al 31 de enero de 2010. 

Comisario: Bernardo J. García García.