En los últimos 25 años, Antony Gormley ha revitalizado la imagen humana en la escultura a través de una investigación radical del cuerpo como un lugar de memoria y transformación, utilizando su propio cuerpo como tema y herramienta. Desde 1990 ha ampliado su preocupación por la condición humana para explorar el cuerpo colectivo en las instalaciones a gran escala.

Experiencia humana

A pesar de que la obra de Gormley ha sido objeto de numerosas exposiciones individuales en algunas de las instituciones más importantes del mundo, como la Whitechapel, la Tate, el Museo de Louisiana en Humlebaek, la Corcoran Gallery of Art de Washington DC o la Kunstverein Kölnischer de Alemania, y en numerosas e importantes colectivas, la muestra que ahora se presenta en México es la más completa realizada hasta la fecha.

El artista, que además del Turner también ha sido galardonado con el Banco del Sur para el Premio Artes Visuales en 1999 y el Premio Bernhard Heiliger de Escultura 2007, fija el punto de partida de su obra en el cuerpo y considera fundamental la relación entre las sensaciones y percepciones físicas y el entorno. Gormley ve el cuerpo como un receptáculo, un lugar para la energía de movimiento y para los pensamientos.

 
México D.F. Antony Gormley. Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Hasta diciembre de 2009.