Las comisarias, María Antonia Casanovas y Elena Martínez-Jacquet, han creado un conjunto de asociaciones y analogías formales muy sugerente y lleno de misterio: una máscara negra de Picasso y una jarra de la cultura Lwena de Angola, un recipiente para recoger los malos espíritus de la cultura Cham y Mwana de Nigeria y una mujer-pájaro de Joan Miró…
Seleccionados deliberadamente por su parecido, los recipientes, esculturas y demás piezas expuestas presentan similares perfiles, decorados y efectos de superficie, sugiriendo la existencia de puentes entre unas producciones sin embargo muy diferentes. Mientras la cerámica africana se define por su carácter utilitario, tradicional y anónimo, la cerámica contemporánea occidental es una forma de expresión artística libre y personal. ¿Cómo explicar pues esta proximidad formal? Tal es la pregunta que anima la presente exposición, invitando al visitante a reflexionar sobre el carácter universal del arte.
¿Influencias o confluencias?
¿Hasta qué punto se puede hablar de influencia? ¿O se trata más bien de confluencias, de un mismo espíritu? En resumen, la mayoría de estas similitudes puede explicarse por un simple fenómeno de convergencia debido, en gran medida, al uso de unas mismas técnicas de creación y ornamentación -modelado, aplique, estampillado, etc.-, así como a la existencia de un repertorio ornamental común a ambos continentes, inspirado en la naturaleza y la geometría.
Otros parecidos, en cambio, son el resultado de una influencia directa de África sobre Occidente. Tal es el caso de creadores como Pablo Picasso, Madola o Santi Moix, cuya fascinación por el arte y la cultura africanos impregnó de forma notable su obra, enriqueciéndola con unas formas simples y unas texturas rugosas de conmovedora belleza.
El arte primitivo, y especialmente el arte africano, despierta hoy en día un interés cada vez mayor. La cerámica, por su fragilidad y rareza, ha sido hasta ahora menos conocida que la escultura en madera o metal. Las catorce parejas que se presentan en la exposición, en asociaciones de dos o bien de tres piezas, hacen dialogar dos épocas y dos mundos. En palabras de las comisarias: "Confluencias en el barro es una experiencia estética, un juego de asociaciones formales insólitas, que nos invita a reflexionar sobre el carácter universal del arte".
Barcelona. Confluencias en el barro. Alfarería tradicional africana y cerámica contemporánea occidental. Museo de Cerámica.
Del 24 de febrero al 6 de junio de 2010.
Comidarias: María Antonia Casanovas y Elena Martínez-Jacquet.