Pertenece, junto a otras cuatro esculturas de tamaño real, a la serie La espalda y es la única, junto a otra pieza, que aún permanece en manos privadas, ya que el resto de la colección es propiedad de museos como la Tate Gallery de Londres, el MoMA de Nueva York o el Centro Georges Pompidou de París.
Conor Jordan, directora de Arte Impresionista y Moderno de Christie’s Nueva York, ha señalado que se trata de una «oportunidad sin precedentes para todos los coleccionistas que consideran la serie La espalda de Matisse como uno de los hitos en la escultura moderna».
Durante los veinte años que transcurrieron entre La espalda I y La espalda IV, Henri Matisse trazó el cambio gradual en el lenguaje visual colectivo desde la figuración a la abstracción.