Ya el pasado año Michelle Obama comenzó a fomentar la celebración de una serie de eventos artísticos en el recinto de la Casa Blanca, especialmente dentro del ámbito de la música en sus diferentes géneros, desde el jazz o el country americano a la música clásica (actualmente se están planificando sesiones de Motown y ópera) y para este año ha iniciado también una serie de actuaciones de grupos de danza y baile.
Todos los eventos incluyen un componente claramente educativo destinado a los estudiantes y están dirigidos por artistas profesionales. «Queremos que la gente joven consiga despegar en sus actividades artísticas” declaró recientemente a Harper’s Bazaar, en una entrevista que será publicada en la edición impresa de la revista del mes de noviembre. «El país tiene que ser consciente de que tenemos todas estas joyas y sería una pena que no se invierta en sus talentos.»
La señora Obama aprendió a apreciar las artes durante su infancia en Chicago. Su abuelo tocaba música de jazz constantemente y su padre pintaba y hacía esculturas e incluso pasó un tiempo en el Art Institute de Chicago. Incluso ella misma hizo sus pinitos como actriz cuando era niña. «Me acuerdo de muy pequeña haciendo de hada buena en Hansel y Gretel y teniendo que cantar un solo, que fue humillante «, declara la primera dama.
El arte como embajador internacional
En el artículo, Michelle Obama reflexiona también sobre como las artes tienen una especie de poder diplomático que define como una «voz universal». «Cuando viajo a otros países, por lo general lo primero que hacen las esposas de sus dirigentes es mostrarme su cultura a través de la música y de la danza». Así recuerda que el pasado año la primera dama rusa Svetlana Medvedeva «nos levó a mis hijas y a mí a presenciar un hermoso baile folklórico ruso y aunque no hablábamos el mismo idioma, conectamos al instante.»
En este sentido comenta que en una ocasión regaló una guitarra a la primera dama francesa Carla Bruni, que más tarde la también cantante utilizó en una actuación durante una visita oficial de los Obama a Francia.
Como en casa
En cuanto a los estudiantes que aceptan su invitación, Michelle Obama dice imaginarse que cuando estos acuden a la cita en realidad no se llegan a creer que están en la Casa Blanca «A veces yo misma pienso eso. Todavía lo creo así», comenta hablando de sí misma.
«Si uno puede acercarse a la Casa Blanca, llegar hasta la primera dama y presentarse, si puede actuar ante el presidente de los Estados Unidos en el Salón Este, no hay nada que uno no pueda hacer”, reflexiona como cierre de la entrevista.