La muestra plantea una ambiciosa y amplísima mirada a la obra de Juan Muñoz (Madrid, 1953 – Ibiza, 2001) donde se aprecia rápidamente cómo el autor va fraguando con el tiempo un lenguaje personal que, para muchos, es el resultado de un proyecto artístico relativamente cerrado y concreto.

Lo cierto es que toda su obra, independientemente de que exista un discurso intencionado o no, perfecciona con el paso de los años una representación de la decepción basada en el silencio. Se trata de una vía de expresión que puede apreciarse desde sus trabajos más tempranos. Se evidencia en la Escalera de caracol, con la que expuso individualmente por primera vez en 1984, que no llevaba a ninguna parte, y alcanza su paroxismo en Double Bind, su última obra, con la que se consagró internacionalmente al ser el primer español que intervenía el Turbine Hall (el Salón de Turbinas) de la Tate londinense en 2001.

Reflexión sobre la incomunicación

Y es que sin el componente mudo la decepción estaría incompleta, aunque a veces se manifieste con bastante crudeza, pues la obra más emblemática de Muñoz es una reflexión sobre la incomunicación en la que el silencio es el componente irónico principal, pues casi siempre se trata de paradojas. Algo que resulta evidente en las Conversation Pieces, por poner un ejemplo obvio, en las que las supuestas conversaciones sólo se perciben mediante su negación y su ausencia consiguiente: el silencio.

Ahí radica precisamente la decepción como medio fundamental, en las ausencias, verdaderos protagonistas (mudos) de la trayectoria del autor madrileño. Él mismo dijo en Third Ear, una radiofonía de 1992, que el presente y la muerte sólo podían representarse a través de su ausencia, y realmente cualquier intento de análisis exhaustivo de ambos conceptos, de los que no se posee absolutamente ninguna explicación de su existencia, acaba inevitablemente en decepción. Ante ese desalentador resultado la única opción prudente es el silencio, aunque sea forzado y frustrante, y justo en ese angustioso punto se encuentran las obras de Muñoz, cuyo silencio manifiesta que la ausencia es la única certeza.

Es un ejercicio recíproco, pues el espectador también guarda silencio ante la inconexión aparente que se le ofrece: piezas en las que la presencia humana destaca precisamente porque debería estar y no está; personajes aislados que inexplicablemente se desencajan de reír, o seres amorfos que gesticulan al mismo tiempo que mantienen caras totalmente inexpresivas.

Todo Juan Muñoz

Nace en Madrid en 1953. Inicia estudios de arquitectura, que abandona pronto para irse a estudiar, de 1979 a 1981, en la Central School of Art and Design y en la Croydon School of Art and Technology de Londres, donde conoce a la artista española Cristina Iglesias, con la que contraerá matrimonio. En 1982 estudia en el Pratt Graphic Center de Nueva York y trabaja como asistente de Mario Merz. En 1984 tiene lugar en la galería madrileña Fernando Vijande su primera exposición individual, y durante la década de los 80 expondrá en Kassel, Venecia y Nueva York. En 1992 se consagra en España con una gran exposición individual en el IVAM de Valencia.

En el año 2000 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas y en 2001 se convierte en el primer español en exponer en el Turbine Hall (Sala de las Turbinas) de la Tate Modern de Londres su obra Double Bind, como parte de las Uniliver Series. En ese mismo año fallece en su casa de Santa Eulalia del Río (Ibiza) a los 48 años de edad a consecuencia de un aneurisma de esófago.

Williamstown. Juan Muñoz. Sterling and Francine Clark Art Institute.

Del 13 de junio al 17 de octubre de 2010.

Comisarios: Carmen Giménez, Stephen y Nan Swid Curator y David Breslin.