El Ministerio de Cultura ha venido realizando desde 2002 una importante reforma, sala por sala, de este museo estatal, ubicado en el palacio del marqués de Cerralbo, basada en la recuperación de sus ambientes originales, lo que ha llevado a intervenciones en el zaguán, entresuelo y planta principal y, por ejemplo, a la recuperación del Salón del Ídolos, Salón Imperio, Salón Vestuario o del propio zaguán, con una base científica e histórica que le valió el Premio Europa Nostra 2008. En 2006 se hizo necesario el cierre total para concluir las mejoras de los sistemas de seguridad y de climatización que resultan fundamentales para compatibilizar el bienestar del visitante con una adecuada conservación de la colección.

Pero el proceso de reforma no solo se ha basado en la recuperación de los ambientes originales, también se han creado nuevos espacios públicos, como el Aula Didáctica, la Sala Pieza del Mes o la de Vídeo, que permiten ofrecer un variado programa de actividades para todos los públicos. Se cuenta, además, con un amplio conjunto de recursos de apoyo, como pantallas informativas, audio-guías bilingües, publicaciones y se han incorporado nuevos sistemas que permiten una mejor accesibilidad de los visitantes, en especial de aquellos con movilidad o audición reducida.

Un aristócrata de finales del XIX

En esta casa-museo el visitante se traslada a la forma de vida de una familia aristocrática de finales del siglo XIX.  El XVII marqués de Cerralbo, Enrique de Aguilera y Gamboa (1845-1922), donó a la nación española su palacio y sus colecciones instituyendo el Museo Cerralbo, con el fin de que estas «perduren siempre reunidas y sirvan para el estudio de los aficionados a la ciencia y al arte».

De Aguilera y Gamboa compaginó durante toda su vida la dedicación a la política y la historia con la sensibilidad hacia las bellas artes. Recorrió Europa, en compañía de su familia, visitando museos, y adquiriendo obras de arte, reuniendo así una magnífica colección que, junto a los fondos numismáticos, bibliográficos y documentales antiguos, supera las 50.000 piezas. Por su calidad y la diversidad de géneros que abarca, llegó a considerarse entonces la colección privada de arte más completa del país; a su formación contribuyeron notablemente su esposa, Inocencia Serrano Cerver, y sus hijastros, Antonio y Amelia del Valle Serrano, marqueses de Villa Huerta.

Pinturas, esculturas, cerámicas, cristal, tapices, muebles, monedas, medallas, dibujos, estampas, relojes, armas, armaduras, objetos arqueológicos, etc. confieren un encanto especial al palacio, que además de constituir un ejemplo importante de residencia aristocrática, sugiere al visitante una panorámica de la vida cotidiana en Madrid, las tertulias literarias, los bailes, las confidencias de salón, etc.

Palacio y museo

El palacio que alberga hoy el museo fue hecho construir por el marqués en 1893. Tras el fallecimiento de su propietario en 1922, tanto la casa como las colecciones pasaron a manos del Estado que, aceptando el legado testamentario, abrió sus puertas en 1944 tras realizar trabajos de restauración en el edificio. En años posteriores se completó la compra del inmueble que todavía estaba en manos de sus sucesores y se realizaron obras de adaptación de las instalaciones, que fueron abiertas al público en 1948. El palacio fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1962.

Concebido en su origen para cumplir la doble función de residencia privada y museo que albergara la numerosa colección de antigüedades y obras de arte, el proyecto le fue encargado al arquitecto Alejandro Sureda, que contó con la atenta supervisión del propietario. Si bien el estilo arquitectónico de la fachada en ladrillo y piedra se integra dentro de las corrientes clasicistas de la época, el diseño y decoración interior del palacio deja constancia de las preferencias del marqués por un estilo predominantemente ecléctico, en el que se mezclan elementos de influencia francesa e italianizante.

El edificio está inscrito dentro de un jardín romántico decorado con estatuas y rematado en chaflán por un gracioso templete-pabellón que se corona por una terraza a modo de mirador. En cuanto a su estructura interna, el museo consta en la actualidad de 35 estancias distribuidas en tres plantas que se articulan a través de una bella escalera central con balaustrada de hierro forjado. Mientras las habitaciones privadas se organizan en el entresuelo, la planta principal alberga las obras de arte y los diversos salones entre los que el de baile es la pieza más destacada.

Para celebrar la reapertura se celebrarán desde mañana y hasta el próximo 19 de diciembre unas jornadas de puertas abiertas con acceso gratuito durante el horario de apertura del museo.