El acuerdo, renovable a cinco años por ambas partes, contempla que el Gobierno chino se encargará de supervisar un espacio de 600 metros cuadrados en el Palazzo di Venezia de Roma (donde Mussolini tuviera su despacho), lo que supondrá de hecho una especie de “museo estatal de la cultura china», según informaba un comunicado del Ministerio de Cultura italiano.
La primera muestra de este convenio se inició el pasado mes en la nueva «Sala China” de la capital italiana, con una exposición titulada Los dos imperios: el Águila y el Dragón, un análisis comparativo del arte perteneciente al Imperio Romano y a las dinastías chinas Qin y Han, con más de 450 objetos procedentes de 36 museos chinos que datan desde el siglo II a.C. hasta el siglo IV de nuestra era y que estará abierta al público hasta el próximo 9 de enero de 2011.
Por su parte, Italia se hará cargo, a partir del próximo mes de junio, de un ala del Museo Nacional de China en Pekín. Mario Resca, director general de «valorizzazione» (valor cultural) de los tesoros artísticos de Italia, especialmente designado por el Gobierno, declaraba recientemente a Il Giornale dell’Arte: «Vamos a disponer de mil metros cuadrados en el interior del museo chino. En los próximos cien años, esta dirección en la Plaza de Tiananmen será la más importante del mundo, no la Quinta Avenida de Nueva York, ni Londres, sino Pekín”.
Pekín amplía sus contenidos internacionales
La inauguración de la sala de exposiciones de arte italiano en Pekín se ha establecido en coincidencia con la puesta en marcha de un proyecto de expansión del Museo Nacional de China, iniciado en 2007, que permitirá ampliar el espacio expositivo actual hasta los 192.000 metros cuadrados. Los informes de prensa locales señalan que el Gobierno chino estaba dispuesto a llegar a un acuerdo de este tipo con el objetivo de compensar la falta de muestras de piezas de arte internacional en las colecciones de su museo nacional.
El acuerdo contempla también compromisos para salvaguardar las excavaciones y exportaciones ilícitas de bienes culturales, así como un importante incremento del intercambio académico, la promoción de exposiciones conjuntas y la posibilidad de préstamos culturales a largo plazo.