El que acaba de publicarse tiene su origen, como es el caso de los que le preceden, en ciclos de conferencias organizados por la mencionada Fundación, con la colaboración este año del Museo de Bellas Artes de Bilbao, y las fundaciones Pedro Barrié de la Maza (en sus sedes de La Coruña y Vigo), Francisco Godía (Barcelona), Goya (Aragón) y Caja Madrid. Cada una de las obras reúne a expertos nacionales e internacionales que ampliaron y adaptaron el contenido de sus conferencias con vistas a su aparición en forma de libro.

Durante el curso 2009-2010 se desarrolló el ciclo «El arte de las luces. Las fuentes del arte contemporáneo a través del Museo del Prado» que fragua ahora en la obra El arte del siglo de las luces que, dijo en su presentación el académico Francisco Calvo Serraller, aborda un siglo, el XVIII, en el que se crea el concepto de lo «estético» y que en contra de lo que a menudo se piensa, tiene una importancia grande desde el punto de vista artístico.

Siglo clave

«Es un siglo en el que desfilan por España los mejores artistas europeos que en buena medida establecen las bases del arte de nuestra época. Es el siglo de la Revolución Industrial; el del triunfo de la burguesía; el del establecimiento del Nuevo Régimen y, desde la perspectiva cultural, el siglo en el que el hombre, como sentenció Kant, alcanzó su ‘mayoría de edad'». Este libro, destacó, se incrusta, por las peculiaridades del período que aborda, en el corazón de nuestra identidad como españoles.  

Lo hace de la mano de 19 especialistas entre los que se cuenta el propio Calvo Serraller, Peter Cherry, Juan Pablo Fusi, Steffi Roettgen, Jesús Urrea, Catherine Whistler. José Manuel Matilla y Rafael Moneo, que dedica su capítulo al edificio que en su momento diseña Juan de Villanueva para albergar el Museo del Prado.

Como concluye El arte del siglo de las luces, la esfera artística enl munacusó los profundos cambios que vivió el siglo XVIII, como lo corrobora la irrupción de una figura como Goya, y la presencia de grandes maestros franceses, alemanes e italianos, como Giordano, Giaquinto, los Tiépolo, Houasse, Watteau o Mengs, además de dotarse de instituciones como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de contar, en parte eclipsados por la sombra genial de Francisco de Goya, de artistas españoles de sobresaliente calidad como Luis Meléndez, Francisco y Ramón Bayeu, Luis Paret o Mariano Salvador Maella.