Estas tumbas milenarias, muchas de las cuales han conservado hasta hoy sus frescos de vivos colores, cerrarán para evitar el continuo deterioro provocado por las miles de visitas, con lo que en el futuro solo se podrán contemplar sus réplicas.

Según los expertos, estas pinturas podrían desaparecer en dos siglos debido a la contaminación provocada por la respiración de los millones de turistas visitan las tumbas. La medida ya ha sido adoptada para las tumbas de Seti I, padre de Ramsés II, que reinó entre 1314 y 1304 a.C, en el Valle de los Reyes, y de la reina Nefertari, esposa de Ramsés II, en el Valle de las Reinas.

Para compensar a los turistas, el Consejo que controla las antigüedades egipcias ha comenzado a escanear las tumbas mediante el uso de las últimas tecnologías, obteniendo imágenes de todos sus detalles, dibujos e inscripciones que decoran los muros de las tres tumbas para repetirlos en réplicas, que serán construidas en el mismo Valle de los Reyes, en la orilla occidental del Nilo. Este «Valle de las Réplicas» estará listo dentro de dos meses. Para entonces, sólo los arqueólogos podrán visitar las tumbas originales, eso sí, pagando una entrada muy cara.