La Polonia que acababa de recobrar la independencia fue un territorio en el cual florecieron las vanguardias. La más articulada de ellas fue el constructivismo. A través de cuadros, dibujos, esculturas, fotografías, fotomontajes, películas, maquetas de arquitectura, muebles, proyectos escenográficos, carteles, libros y revistas, esta exposición presenta, por vez primera en España, el constructivismo polaco como proyecto integral.

Entre Oriente y Occidente

En aquella Polonia de entreguerras, las influencias de la vecina Unión Soviética se combinaron con los contactos con París o con Alemania, así como con la Italia futurista. Poetas de formación futurista, como Bruno Jasienski, Anatol Stern o Alexander Wat, y Tadeusz Peiper, que en el Madrid de la Primera Guerra Mundial había estado en contacto con los ultraístas, estuvieron entre los primeros protagonistas de ese proceso, una de cuyas primeras plataformas fue Zwrotnica, revista dirigida por Peiper, miembro de la «vanguardia cracoviense», en la cual militaron también Jan Brzekowski, Jalu Kurek –artífice de la visita de Marinetti a Polonia, e impulsor de Linja, otra revista de Cracovia– y Julian Przybos.

Pronto, estos poetas conectaron con una pareja de artistas radicados en Lodz, el pintor Wladyslaw Strzeminski y la escultora Katarzyna Kobro, a los que luego se sumarían Karol Hiller, Julian Lewin, Samuel Szczepacz o Stefan Wegner.

En Varsovia trabajaba en una línea similar Henryk Stazewski. En Berlín, Henryk Berlewi realizó sus «mecanofacturas»; son importantes sus aportaciones al ámbito de la tipografía. En París, hay que mencionar las tentativas de Stanislaw Grabowski, Wanda Grabowska-Chodasiewicz y Maria Nicz-Borowiakowa.

Precursores del minimalismo

Spatial_Composition_Katarzyna_Kobro

Katarzyna Kobro, Stazewski y Strzeminski, que estaban en estrecho contacto con Malevich, al que hicieron exponer en Varsovia, se definían entonces como «unistas», estaban también interesados en el campo de la tipografía, y pueden ser considerados como precursores del minimalismo.

Strzeminski, con Brzekowski como corresponsal en París, fue el alma del grupo a.r. de Lodz, cuya colección de arte de vanguardia polaco y europeo constituyó el núcleo de la sección moderna del Muzeum Sztuki de Lodz. En Varsovia, paralelamente, surgen las revistas Blok y Praesens, esta última más centrada en la arquitectura funcionalista, campo en el cual destacaron Romuald Gut, Lucjan Korngold, Bohan Lachert y Szymon Syrkus, con el que en el terreno de la escenografía colaboró Andrzej Pronaszko.

En el campo del fotomontaje destacaron Mieczyslaw Berman, Janusz Maria Brzeski, Kazimierz Podsadecki, Miecyzlaw Szczuka y Teresa Zarnover. También hay que mencionar las películas experimentales de los citados Brzeski y Kurek, y de Franciszka y Stefan Themerson, y las fotografías «nueva visión» de Wladyslaw Bednarzuk, Tadeusz Maciejko o Witold Romer, entre otros.

La muestra se completa con la edición de un catálogo que recoge las obras expuestas más otras representativas de la época, una selección de biografías de artistas polacos y textos de Juan Manuel Bonet, Monika Poliwka, Zenobia Karnicka, Serge Fauchereau y Paulina Kurc-Maj.

Madrid. Un mundo construido: Polonia 1918-1939. Círculo de Bellas Artes.

Del 3 de febrero al 15 de mayo de 2011.

Comisarios: Juan Manuel Bonet y Paulina Kur.

Organiza: CBA y Ministerio de Cultura de Polonia
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