De hecho, los cuadros en los que el italiano utilizó a su amante como modelo lo reflejarían como un personaje ambiguo y extremadamente andrógino, unos rasgos que, según los miembros del Comité, son muy similares a los que presenta la Mona Lisa. «El Salai» fue un alumno predilecto de Da Vinci con el que mantuvo una relación amorosa y del que no se separó durante más de 25 años.

Un número bajo el puente

La «investigación» también revelaría que Da Vinci pintó el número 72 –una cifra mágica ligada a numerosas tradiciones religiosas, místicas y cabalísticas– bajo uno de los arcos del puente que aparece en el cuadro.

«La Gioconda revela las dimensiones filosófica, esotérica, teológica y religiosa del último período de la vida de Leonardo Da Vinci, quizá ése sea su gran secreto y la respuesta de por qué este cuadro le era tan caro y lo acompañó hasta la muerte», señaló el presidente del Comité, Silvano Vicenti.

La investigación realizada por el Comité se centró, fundamentalmente, en «reconstruir la vida y el pensamiento del genio italiano», lo que les permitió vincular y relacionar muchos de los elementos de la obra.