Los ojos de Burt no lo engañaron. El brillo era de oro. En concreto, según informa AOL News, de una cadena de oro de 1,2 metros  que sostiene un crucifijo esmaltado y que se han apresurado a valorar en 250.000 dólares. También se unen a los 55 eslabones de 50 mm de grosor de la cadena un medallón religioso también de oro, un cordón negro y una florecita de oro.

La inmersión se realizó desde la cubierta del JB Magruder, un buque de rescate propiedad de la compañía Mel Fisher Treasures, que ya recuperó un volumen sustancial del tesoro del Atocha, valorado en unos 450 millones dólares. El descubrimiento de esta cadena da esperanzas de encontrar el castillo de popa de la nave, que solía albergar las piezas más valiosas de los galeones, aquellas que pertenecían a la nobleza y al alto clero, y fue separado del resto del buque por la fuerza del huracán.

El Nuestra Señora de Atocha se hundió con 265 tripulantes a bordo, de las cuales sólo cinco, tres marineros y dos esclavos, sobrevivieron.