¿De qué habla La gran ofensa?

De los límites del humor. Es la historia de dos chicos que se dedican a la comedia, –uno de ellos, Sergio, interpretado por Cristian Valencia, actúa, y otro, Dani Amor, que interpreta a Bernat, escribe los guiones–. Les surge la oportunidad de interpretar uno de sus monólogos en Late Motiv, el programa de Andreu Buenafuente. El monólogo que llevan al programa está lleno de chistes de humor negro, y parece ser todo un éxito. Logran una gran audiencia y una enorme repercusión en Twitter. Pero, como suele pasar en el mundo de las redes, hay detractores…

Como se suele decir, que se hable de ti, aunque sea mal...

Sí, parece que es el precio que hay que pagar por alcanzar repercusión. En esta historia se produce la denuncia de un colectivo que se siente ofendido por uno de los chistes que se han contado en el monólogo y es ahí donde comienza el conflicto. Para defenderse contratan a una abogada amiga de la madre de Bernat, María Pilar, que interpreto yo, que les defiende ante Mateu, el chico que presenta la denuncia, interpretado por Artur Busquets. Un proceso que se intenta evitar llegando a un acuerdo para no ir a juicio, pero finalmente no lo consiguen y se acaba poniendo en manos del público la decisión de si se puede procesar a alguien por un chiste.

¿Qué es el humor para Betsy Túrnez?

Para mí es salud, y el humor negro, concretamente, lo encuentro sanador. No creo que reste importancia al tema de que se trate, más bien todo lo contrario. Es decir, porque se le da importancia se hace un chiste de ello. Pero lo que sí parece claro es que consigue restarle drama a la situación.

En la vida se suceden situaciones dramáticas, pero también recuerdo ir a un entierro y que, de repente, alguien hiciera una broma y que en ese momento me viniera muy bien. Pero igual que a mí me sentó así y lo agradecí muchísimo también hay personas que pueden decir: “¿Qué haces?”. Todo es muy subjetivo y eso es algo que he aprendido trabajando en esta obra.

¿Cómo se unió a este proyecto?

El texto lo escribieron entre cuatro, Dani Amor y Cristian valencia, que también son actores en la representación; y Oriol Pérez y Serapi Soler, que son los directores. Los cuatro son amigos de antes de este proyecto, se conocían muy bien y tenían muchas ganas de escribir una comedia y, además, de hablar sobre este tema. Así es como empiezan a trabajar en este guion que, una vez terminado, me ofrecen para que forme parte del proyecto. Empecé a leerlo y no pude parar… cogí el teléfono y les dije: “Yo quiero hacer ésto”.

¿Cómo ha sido el recorrido hasta llegar al Teatro Lara?

Comenzamos en abril del año pasado y desde el principio nos dimos cuenta de que había muy buena química entre todos. Nos entendimos muy bien en los ensayos, estábamos muy abiertos a nuevas propuestas y creamos un espacio muy bueno para la cocreación, enriqueciendo la historia.

¿Se ha presentado en otros teatros?

La obra resultó ganadora del Festival Singlot de Sant Feliu de Guíxols, en el que se presentan pitching de trabajos teatrales a modo de tráiler, y después de ese reconocimiento se presentó en la Mostra Internacional de Teatro Cómico e Festivo de Cangas. El recorrido lo completaron cuatro días en el Teatro del Barrio en Madrid, y de ahí, ahora, al Lara…

¿Qué aporta su personaje, María Pilar, a la historia?

Por un lado es muy realista pero, por otro, tiene mucho puntos absurdos. Tiene mucha tela… es una abogada de capa caída porque se encuentra en una situación personal muy delicada. Su madre tiene Alzheimer y ella lleva todo el peso como cuidadora, con todo el sufrimiento y carga emocional que ello conlleva, y lo compagina como puede con su vida laboral. Toda ella es un cuadro y pierde un poco los papeles. Ayuda a los dos chicos, pero le supera la situación. La mezcla de ellos con ella y la aparición del denunciante resultan explosivas.

El estreno oficial es este martes, ¿cuál espera que sea la reacción del público?

Mi sensación visual y emocional es de traca… es decir, la explosión de un gran petardo con varios impactos. De la euforia a una cierta relajación y después a subir otra vez. Es muy emocionante porque tienes que emplear mucha energía. Siempre tienes la duda de lo que va a pasar, porque cada público es un mundo, pero la respuesta en las presentaciones previas ha sido muy buena.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Estoy compaginando teatro, porque en Barcelona estoy ensayando para la Sala Beckett La Morta y después tengo programada gira. Así que mucho teatro y, además, en primavera –si no hay cambios– tengo el estreno de la película de Daniel Irunday Uno para todos, que se rodó este verano.

¿Qué es el teatro para usted?

Lo vivo como algo que forma parte de mí. Un canal más para aprender de mí misma y de los demás. Un encuentro contigo misma en el que debes estar muy presente y, por otro lado, muy conectada con el momento, con tus compañeros y con lo que está pasando con el público. En definitiva es un aprendizaje muy heavy.