Dicen de él que es el nuevo Strindberg. No obstante, Lars Norén (Estocolmo, 1944) intenta desprenderse de la etiqueta y se declara más identificado con la escritura de Ibsen. En cualquier caso, su teatro disecciona con destemplada crudeza la opresiva realidad presente y hurga en los vergonzantes estigmas de la sociedad.
Comenzó su carrera como dramaturgo en los años 80 y sus primeras obras fueron dramas familiares, en los que abundaban las referencias autobiográficas. A partir de la siguiente década, abandonó los escenarios domésticos y burgueses; entonces, al volver la mirada hacia las calles de la ciudad, encontró a los nuevos protagonistas de sus obras: enfermos mentales, prostitutas o drogadictos, en definitiva, a los marginados por una sociedad indiferente, avara e hipócrita.
Dramaturgia minimalista
Durante la última década, Norén ha conquistado una dramaturgia minimalista emparentada formalmente con la de Jon Fosse –menos palabras, repartos más pequeños– para reflexionar sobre la muerte.
Fragmente, la obra que llega estos días al Teatro de La Abadía, es, según la directora del montaje, Sofia Jupither, uno de sus textos más logrados. Propone una reflexión sobre la ciudad invisible que oculta toda ciudad, sobre los hombres que conviven en un entorno urbano sin reparar en sus vecinos, absortos en sí mismos y ajenos a las vidas que los rodean.
Carrera de relevos
El espectador sigue, como si de una carrera de relevos se tratase, la peripecia de 36 personajes interpretados por 11 actores. Cada uno de ellos encarna un relato; las suyas son historias de supervivencia y muerte, de espera y desesperanza, de traiciones y abusos, de mentiras y violencia.
La brutalidad que Lars Norén obliga a contemplar al espectador resulta tolerable por el amor que el dramaturgo siente por sus personajes y por el humor que late incluso en las escenas más dramáticas, tal y como subrayó hoy Ulrika Josephsson, directora del Folkteatern de Gotemburgo, en la presentación de la obra.
Fragmente, en escena entre los próximos días 6 y 11 de abril en La Abadía, es una magnífica oportunidad para conocer la obra de uno de los dramaturgos suecos con mayor proyección internacional y que, no obstante, ha sido escasamente traducido y representado en España.
Fragmente fue concebida ex profeso por Lars Norén para el proyecto europeo Cities on Stage/Ciudades en escena, que ha sido presentado hoy por uno de sus principales promotores, Jean-Louis Colinet. Colinet, director general del Théâtre National de la Communauté Française, destacó la perfecta sintonía de la obra de Norén con los principios inspiradores del programa: en su opinión, ambos son hechos culturales y políticos que pretenden “denunciar la fractura social que el éxito de las políticas neoliberales están teniendo en Europa, la masacre que el capital está causando en el sur de Europa al desmantelar la sanidad, la cultura y la educación”.
Cooperación e intercambio
Financiado por la Unión Europea, Cities on Stage es un proyecto de cooperación e intercambio de seis teatros: el Théâtre National de la Communauté Française (Bruselas, Bélgica), Folkteatern (Gotemburgo, Suecia), Odeón-Théatre de l’Europe (París, Francia), Teatrul National Radu Stanca (Sibiu, Rumanía) y Teatro Stabile di Napoli (Nápoles, Italia).
La segunda obra del proyecto Cities on Stage que llegará a España será Exils, de Fabrice Mugia. El montaje podrá verse en los Teatros del Canal, en el marco del XXX Festival de Otoño a Primavera.