“Cuando el Parlamento es un teatro, el teatro debe ser un Parlamento”. Con esa máxima del mayo francés, el actor y dramaturgo afronta, desde este mes de septiembre, una nueva andadura profesional también como programador del teatro Sala Mirador.
El espíritu de la línea de programación será un teatro a pie de calle que «abra las puertas para mostrar esos rincones de realidad que se escapan a las versiones oficiales. Un teatro que se atreva a develar secretos del corazón humano o miradas sobre la crudeza de una crisis que está devorando a una generación entera. Utilizar el teatro como ese lugar donde creadores y espectadores puedan acercarse a pensar de forma colectiva. La idea es que el teatro se llene de propuestas, de ideas, que apenas pare la actividad. Tendrá cabida el teatro, pero también la danza, la poesía…, compañías veteranas y nuevas…, para adultos y niños…,gente de aquí y de fuera…, que el Teatro Sala Mirador se convierta, más si cabe, en punto de encuentro, de reflexión colectiva».
Humor y crítica social
Para ello, la temporada contará con nombres como Alberto San Juan o Sergio Peris Mencheta, con puntales de la escena madrileña actual como Pablo Messiez, con el humor irreverente de Mongolia, con indispensables como Juan Margallo o Cristina Rota, que estrenará en breve su próxima producción teatral.
La temporada comenzará con éxitos necesarios como El Rey Tuerto y Fuente Ovejuna: Ensayo desde la Violencia, avaladas ya por público y crítica, y con estrenos como el de Perdidos en Nunca Jamás, que ha querido iniciar su andadura en las tablas de la Mirador. No faltará la clásica Katarsis del Tomatazo, que cumple este otoño 18 años en cartel, en tiempos en los que las funciones apenas logran sobrevivir un par de temporadas.
Frente a los aniversarios habrá caras nuevas, una de las señas de identidad también de la Sala. La Fundación Centro de Nuevos Creadores [1], en el marco de su programa de inserción laboral, seguirá apoyando el trabajo de los más jóvenes que buscan su primera oportunidad.