[1]Desde su primer estreno, La llamada de Lauren, en 1985, Paloma Pedrero (Madrid, 1957) se ha convertido en una autora imprescindible dentro del panorama de nuestra dramaturgia, una autora que sabe hablar de su tiempo y de las personas que lo transitan. Una mujer que no ha dejado de mirar y escuchar en derredor “porque ese es mi oficio”. En sus más de treinta obras, Paloma Pedrero ha puesto en práctica una dramaturgia que se inscribe en el “teatro de toda la vida”. Opina que quienes se dedican “a esto de las artes” tienen el deber de buscar la verdad y de decirla, en la vida y en la obra.
El volumen que acaba de editar Cátedra reúne seis piezas escritas entre 1994 y 2011, pero todas han visto la luz de la escena pasado el año 2000. Todas comparten algo de lo que sugiere el título del volumen, «Pájaros en la cabeza», porque algo aletea y ronda en las “galerías interiores” de sus protagonistas, concediéndoles alas o sumiéndolos en oscuros laberintos. Todas son aptas para el siglo XXI, tan convulso, tan violento, tan falto de seguridades y lleno de incertidumbres. Todas, no obstante, poseen un asidero en el que el receptor puede sustentar sus temores, angustias, deseos…, porque en todas y cada una se favorece la catarsis, ese remedio insustituible que el teatro, el buen teatro, proporciona desde sus orígenes.
Pedrero fue fundadora del grupo independiente Cachivache en 1978, con el que comienzó su carrera profesional como actriz y dramaturga. Actualmente compagina su labor de escritora con su actividad en la ONG Caídos del cielo, dedicada a ayudar, a través del teatro, a las personas en riesgo de exclusión social.