En la presentación en Madrid, Ofelia Grande, directora de Siruela, afirmó que al llevar la obra a las tablas se cumple un sueño de Villar, «un escritor para el que el éxito era sentirse querido y qué mejor forma de expresarlo por el público que llenando cada representación». Por su parte, Carlos Blanco y Lois Blanco, se sienten orgullosos de participar en un extraño viaje hacia un dramaturgo que se ha ido prematuramente y del cual cabía esperar otras muchas piezas tan completas como Síbaris, algo en lo que coincidió el coproductor Tony Garrido, que concluyó lamentando que «haya sido el viaje más divertidamente triste que he hecho en mi vida».
Villar había accedido al pequeño olimpo de autores policiacos españoles con tan solo tres novelas ambientadas en su querida ría de Vigo (Ojos de agua [1], La playa de los ahogados [2] y El último barco [3]) y la creación de uno de los detectives más populares de nuestro país: Leo Caldas.
El autor supo trasladar su característico humor y su maestría a la hora de elaborar la psicología de los personajes a través de un magnífico manejo de los diálogos para lograr una obra teatral a la altura de su narrativa.
Esta comedia, para la que su autor pensó en el popular actor gallego Carlos Blanco e incluso consideró reservarse un pequeño papel como agente literario, muestra en su argumento un trasfondo biográfico del propio Villar: la historia de un escritor bloqueado e incapaz de escribir una nueva novela, con la que el novelista ironizaba con lo sucedido tras la publicación de su segunda ficción, La playa de los ahogados, y los diez años que transcurrieron antes de publicar la siguiente, El último barco.
A partir de esta circunstancia personal, Villar imaginó en Síbaris que su protagonista recibe una invitación de la Universidad de la Sorbona, dispuesta a pagar generosamente por una lección magistral del célebre autor, pero esta primera aparición pública en años acaba en un ataque de pánico y una huida. Cuando la vida del autor y su esposa parecen tocar fondo, ella encuentra una salida.
Como apunta Inma López Silva en el prólogo de la edición de Síbaris: «El ritmo rápido, el enredo más o menos complicado, y la intención de hacer reír mediante la comparecencia de gags e ingeniosas líneas de diálogo que hacen entrar y salir a los personajes de su tendencia al estereotipo, convierten esta pieza de Villar en una obra tan interesante dramatúrgicamente como divertida para el público».
Producción de la compañía gallega Condetrespés, que se exhibe en Teatros del Canal con el sello Creación Canal, a Carlos Blanco, popular por series como Fariña, donde interpretaba al narcotraficante Laureano Oubiña, y La unidad, le acompañan en escena Belén Constenla, Oswaldo Digón y Pablo Novoa.
– ¿Quiere consultar el programa [4]?
Domingo Villar (Vigo, 1971-2022) inauguró con Ojos de agua la exitosa serie protagonizada por el inspector Leo Caldas. El segundo título, La playa de los ahogados, supuso su consagración en el panorama internacional de la novela negra, obteniendo excelentes críticas y ventas, y fue llevada al cine por Gerardo Herrero. En 2019, tras una década de silencio, tuvo lugar el esperado regreso del inspector Caldas con la publicación de El último barco.
La serie ha sido traducida a más de quince idiomas y ha cosechado un gran número de premios, entre los que cabe destacar el Novelpol en dos ocasiones, el Antón Losada Diéguez, el Premio Sintagma, el Premio Brigada 21, el Frei Martín Sarmiento, Libro del Año de la Federación de Libreros de Galicia. También ha sido finalista de los Crime Thriller Awards y Dagger International en el Reino Unido, del premio Le Point du Polar Européen en Francia y del premio Martin Beck de la Academia Sueca de Novela Negra.