Al conocer su reconocimiento, Chipperfield ha afirmado: «Tomo este premio como un estímulo para continuar dirigiendo mi atención no solo a la esencia de la arquitectura y su significado, sino también a la contribución que podemos hacer como arquitectos para abordar los desafíos existenciales del cambio climático y la desigualdad social. Sabemos que, como arquitectos, podemos tener un papel más destacado y comprometido en la creación no solo de un mundo más hermoso, sino también más justo y sostenible. Debemos estar a la altura de este desafío y ayudar a inspirar a la próxima generación a asumir esta responsabilidad con visión y coraje».
Este galardón fue establecido por la Hyatt Foundation en 1979 y toma su nombre de la familia Pritzker, cuyos negocios tienen su origen en la ciudad de Chicago. El apoyo de esta familia a la educación, actividades culturales, científicas y médicas es muy conocido en EE.UU. El premio fue fundado por Jay A. Pritzker y hoy en día es su hijo mayor, Thomas J. Pritzker, el presidente de la Fundación.
La medalla de bronce que se entrega a los galardonados se basa se los diseños de Louis Sullivan, arquitecto considerado el padre de los rascacielos. En una cara aparece el nombre del premio, y en la otra hay tres palabras inscritas: Firmitas, utilitas, venustas, que se corresponden con los Tres Elementos de la Arquitectura de Henry Wotton en referencia a lo escrito por Vitrubio en sus libros de arquitectura: “El final es construir bien. Las buenas construcciones tienen tres condiciones: solidez, utilidad y belleza”. Este reconocimiento está dotado con 100.000 dólares (94.577 euros al cambio actual).
El jurado del galardón ha estado formado por Alejandro Aravena [1], Stephen Breyer, André Aranha Corrêa do Lago, Barry Bergdoll, Deborah Berke, Kazuyo Sejima, Benedetta Tagliabue, Wang Shu y Manuela Lucá-Dazio.
En 1996, Rafael Moneo se convirtió en el primer español en conseguir este galardón. En 2017 el reconocimiento recayó en el estudio catalán RCR Arquitectes (Rafael Aranda, Carme Pigem & Ramon Vilalta) [2].
Tradición e innovación
En 2016, el Museo ICO (Madrid) presentó la exposición Essentials. David Chipperfield Architects 1985-2015 [3]. Comisariada por Fulvio Irace, profesor de Historia y Crítica Contemporánea en la Escuela de Diseño del Politécnico de Milán, aquella muestra acogía los proyectos más relevantes realizados hasta la fecha por el arquitecto en algunas de las ciudades más importantes del mundo.
En su obra se observa la fusión de tradición e innovación, su búsqueda constante de la continuidad urbana y arquitectónica entre lo existente y lo nuevo, así como la importancia de las maquetas en la metodología de trabajo de su estudio, concebido, en palabras de Rik Nys, director de Diseño de David Chipperfield Architects, como una especie de laboratorio donde los experimentos formales que se realizan en el medio se terminan registrando y ajustando con la ayuda de los ordenadores situados en los flancos.
Amplia trayectoria
Tras estudiar en la Architectural Association School of Architecture de Londres a comienzos de los años 80, Chipperfield comenzó a trabajar en los estudios de Richard Rogers o Norman Foster, hasta establecer finalmente el suyo en 1984. Hoy en día, además del estudio londinense, cuenta con oficinas en Berlín, Milán, Shanghái y Santiago de Compostela (veranea en Corrubedo).
Ha llevado a cabo proyectos como, entre muchos otros, el Palacio de Justicia de Salerno (Italia), las instalaciones de la Copa de América de Vela en Valencia, el Museo de Literatura Moderna de Marbach (Alemania), el Cementerio de San Michele en Venecia, la Ciudad de la Justicia de Barcelona, el Neues Museum de Berlín en la Isla de los Museos o la remodelación del Castillo Sforzesco en Milán.
Chipperfield ha combinado el trabajo en su estudio con la docencia, como profesor de diseño en diferentes escuelas de arquitectura de Reino Unido, así como en varias universidades europeas y estadounidenses. Entre los muchos premios que ha recibido a lo largo de su carrera pueden destacarse la Medalla de Oro Heinrich Tessenow en 1999, el premio RIBA Stirling en 2007 o el Premio Mies van der Rohe en 2011.