El texto propone una reflexión sobre las prioridades del museo pospandemia y sobre las nuevas formas posibles de interacción social. «En el nuevo escenario no tienen cabida, al menos a corto plazo, ni la afluencia de numeroso público propiciada por el turismo y las exposiciones de impacto, ni la realización de actividades socioeducativas de carácter grupal», afirma.
La guía recomienda avanzar en el tratamiento digital de las colecciones y «ofrecer los contenidos del museo de forma imaginativa a través de diferentes formas de comunicación virtual».
Prevención
El documento, sujeto a las actualizaciones que se deriven de las medidas generales adoptadas por las autoridades sanitarias, expone recomendaciones y pautas de actuación en tres ámbitos: la prevención de riesgos laborales en la reincorporación al trabajo de los empleados públicos, la conservación de los bienes de interés cultural y, de manera extensa, la atención al público.
En el primer caso se propone la reincorporación laboral de forma escalonada, por turnos y con prioridad al teletrabajo y la conciliación laboral. Las instrucciones sobre el regreso de los empleados públicos las marcarán el Ministerio de Política Territorial y Función Pública y la Subsecretaría de Cultura y Deporte. Se recomienda también evitar las reuniones y desplazamientos y su sustitución por videoconferencias.
En el ámbito de la conservación de los bienes de interés cultural, el documento insta a seguir la guía de ‘Recomendaciones sobre procedimientos de desinfección en bienes culturales con motivo de la crisis por COVID-19’ [1], publicada por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), así como el protocolo de actuación elaborado por el Grupo de Trabajo del Plan de Salvaguarda de Bienes Culturales ante Emergencias de la Subdirección General de Museos Estatales.
Medidas de control
En el apartado de atención al público, las actuaciones se basarán en el cumplimiento de las tres medidas de control fundamentales para garantizar la seguridad sanitaria (distanciamiento social, control de aforo y medidas de higiene), y las normas incluidas en la orden ministerial de Sanidad [2].
Las actividades culturales se reanudarán con la limitación del aforo a un tercio y se reforzará el diseño de recursos educativos, científicos y divulgativos de carácter digital que permitan al museo cumplir su función como institución cultural y transmisora de conocimiento por medios alternativos a los presenciales.
Las bibliotecas, archivos y salas de investigación de los museos no estarán disponibles al público hasta que se superen las fases de desescalada y se primará, en todo caso, la asistencia por vía telemática.
El documento de planificación, fruto del consenso y el trabajo de los profesionales de los museos del Ministerio, se ha distribuido a las consejerías de Cultura de las comunidades autónomas y a instituciones y organismos vinculados al sector de los museos.
Adiós a las exposiciones de impacto
Extraído del documento:
La democratización y pertura de los museos a la sociedad ha estado indisolublemente ligada, en los últimos años, a la ampliación en el volumen de público visitante. En este sentido, el turismo de masas y su permanente crecimiento ha sido un factor fundamental en su desarrollo. Otro elemento clave para consolidar el papel social del museo ha sido el esfuerzo realizado para fomentar el acceso de sectores de público tradicionalmente alejados, mediante iniciativas específicas dirigidas a personas con dificultades, o a públicos concretos como el escolar, los jóvenes o los mayores.
En el nuevo escenario no tienen cabida, al menos a corto plazo, ni la afluencia de numeroso público propiciada por el turismo y las exposiciones de impacto, ni la realización de actividades socioeducativas de carácter grupal. Desconocemos el tiempo que transcurrirá hasta que la actividad del museo regrese a la normalidad que conocíamos. Se impone, por ello, una reflexión sosegada sobre las prioridades del museo pospandemia, y sobre las nuevas formas posibles de interacción social que pueden nacer de la nueva situación.
Es cierto que la visita presencial puede ganar en calidad al verse disminuida la afluencia. El museo que surja de la pandemia ofrecerá un contacto más íntimo con el patrimonio que se había vuelto difícil en algunos museos actuales. Esta circunstancia no puede llevarnos sin embargo a un pasado de museo elitista, al que muy pocos tienen acceso. Enfrentado a la evidencia de que el público será menos numeroso, el museo deberá esforzarse en que éste sea diverso, y, en paralelo, buscar formas de participación que impliquen a diferentes sectores y agentes sociales.
Es momento para avanzar en el tratamiento digital de las colecciones y ofrecer los contenidos del museo de forma imaginativa a través de diferentes formas de comunicación virtual. También lo es para repensar las dinámicas educativas y las actividades culturales de los museos, que deberán adaptarse creativamente a formatos más restringidos. Y también es el momento de reforzar la investigación y preservación del patrimonio y prepararlo para su difusión cuando se recupere plenamente la normalidad. Y esta es la oportunidad, también, de empezar a medir la relevancia de una institución a través de nuevos parámetros tales como la sostenibilidad y una gestión comprometida con la responsabilidad social.
Tal y como ha señalado el ICOM esta crisis “nos deja por delante un largo y complejo proceso de recuperación. Los museos, como lugares incomparables de intercambio y aprendizaje para todos, tendrán un papel importante en la reparación y el fortalecimiento del tejido social de las comunidades afectadas”.