En el balance de ambos años no se incluye la cantidad abonada para la compra de La Virgen de la Granada de Fra Angélico, adquirida en 2016 para el Museo Nacional del Prado, y cuyo coste total se ha repartido en cuatro anualidades, entre 2016 y 2019.
La inversión realizada este año ha permitido la compra, entre otras obras, de cuatro lienzos de Dosso Dossi, Alonso Cano y Miguel Cabrera; sendas tallas de Pedro de Mena y la Roldana; una colección de carteles de Ernesto Giménez “Gecé”, y el archivo del Marquesado de Aguilar de Campoo.
Pintura inédita
La adquisición de mayor valor ha sido la pintura Eneas y las harpías, del artista italiano Dosso Dossi, comprado por 950.000 euros, que pasa a las colecciones del Prado e incorpora a la pinacoteca un autor clave en el desarrollo de la pintura del norte de Italia de la primera mitad del siglo XVI.
El lienzo adquirido formó parte de un friso con historias de la Eneida que recorría la parte superior del Camerino d’Alabastro, un espacio que unía el palacio y el castillo de los Este en Ferrara y que constituyó una de las decoraciones pictóricas más importantes del Renacimiento, para cuya parte central se encargaron seis grandes cuadros de temática mitológica, dos de los cuales, de Tiziano, se conservan en el Prado (Ofrenda a Venus y Bacanal de los Andrios). La pintura es inédita y un gran descubrimiento, ya que es uno de los cuatro fragmentos existentes en la actualidad del friso superior. Los otros tres están en la National Gallery of Art de Washington y en colecciones particulares.
Esta es también la primera obra que llega al Prado de Dosso Dossi, un pintor apenas representado en las colecciones españolas, de quien solo se conserva una pintura en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Además del Dosso Dossi, el Prado recibió este año otra importante obra, la Magdalena penitente en el desierto, de Alonso Cano, de tema y formato poco frecuentes en la producción del pintor granadino y que enriquece la colección del artista en la pinacoteca.
Cultura ha adquirido, además, dos importantes tallas destinadas al Museo Nacional de Escultura de Valladolid. La compra de Virgen con Jesús y san Juan Bautista niños, obra de Luisa Roldán, mejora la escasa presencia en las colecciones públicas españolas de esta artista, conocida como la Roldana, escultora de cámara de los reyes Carlos II y Felipe V. El éxito de sus obras en barro cocido y policromado hizo que la mayor parte acabara en manos de particulares y en colecciones en el extranjero.
La segunda obra para el museo vallisoletano es una Virgen Inmaculada de Pedro de Mena, que permite recuperar un episodio insólito de la historia de la escultura española. De paradero desconocido hasta su reciente adquisición, esta obra fue un encargo realizado en el último tercio del siglo XVII por el obispo de Córdoba, Alonso de Salizanes, al escultor granadino dentro de un concurso convocado entre los dos mejores escultores andaluces del momento: Pedro de Mena y Pedro Roldán. Aunque Roldán ejecutó una destacada escultura de la Inmaculada, que hoy se conserva en la iglesia de los Trinitarios Descalzos de Córdoba, la imagen de Mena fue la escogida para el Oratorio del obispo y a su muerte terminó en un convento de la orden franciscana, de donde salió en 1949 a manos privadas.
Linaje histórico
El Ministerio ha adquirido también el Archivo del Marquesado de Aguilar de Campoo, que reconstruye la historia de uno de los principales linajes castellanos –los Lara y Manrique de Lara– desde el siglo XI hasta el XIX, que tuvo un protagonismo especial en la Corte durante la segunda mitad del XV y la primera mitad del XVI. Entre los 195 legajos y 19 libros de este conjunto, que se conservará en el Archivo Histórico de la Nobleza (Toledo), se incluyen 400 diplomas medievales, entre ellos el privilegio rodado de Alfonso VIII al monasterio de San Miguel de la Escalada, fechado en Burgos en 1193.
Con destino al Museo Nacional Reina Sofía, Cultura ha comprado en 2019 un conjunto de carteles literarios realizados por Ernesto Giménez Caballero, conocido como Gecé, entre 1925 y 1927. Enmarcados en la poesía visual, estas obras recogen diferentes libros y personajes significativos del campo cultural de la época, entre los que se encuentran Rafael Alberti, Federico García Lorca o Benjamín Jarnés.
El Museo de América incorpora también dos cuadros de escenas de la vida de la Virgen pintados por Miguel Cabrera en 1751, y que completan un conjunto de 15 lienzos, de los que el museo posee 11 tras esta compra.