Cerrato vive y trabaja en Buenos Aires. En su trabajo siempre ha estado presente el tema de la memoria personal y colectiva, desarrollado a través de búsquedas por territorios esotéricos, políticos o de reflexión sobre la ausencia y la presencia. Junto a su pareja, el músico experimental Luis Zubillaga, integró desde la década de 1950 los primeros grupos del maestro místico Gurdjeff en América Latina y otras búsquedas espirituales y filosóficas alternativas.

En los años 60 estuvo muy cercana a Aldo Pellegrini, Juan Carlos Paz, Oscar Masotta, vinculada al Instituto Di Tella y más tarde al CAYC. Formó parte, junto a Juan Carlos Romero, de la fundación del SUAP (Sindicato Único de Artistas Plásticos). Vivió en Venezuela en los años 60 y durante la última dictadura militar argentina. Allí estuvo activamente integrada en el medio cultural de Caracas y, en particular, en el grupo El Techo de la Ballena.

Tras la dictadura, su trabajo hace una llamada de atención a las amenazas que se ciernen sobre la vida democrática, en el continuo contexto de crisis económica política y social que vive Argentina.

En 2015, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde impartía clases, publicó La memoria en los bordes, que reúne sus archivos, junto con textos de distintas autoras e investigadoras. En 2021, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires organizó una exposición antológica de su obra bajo el título El día maravilloso de los pueblos. En la actualidad trabaja junto a su hijo Luciano Zubillaga en el proyecto audiovisual Family Reunion.

La memoria en los bordes

Por Elda Cerrato

No me es fácil diferenciar mi vida de mi pintura, mis trabajos profesionales de los personales, pues en algunos aspectos se han imbricado en una trama bastante enmarañada, estando muy íntimamente relacionados unos con los otros: así es como me encuentro conmigo y en mi misma y con los demás.

Aunque mi producción no ha seguido un camino lineal, con múltiples entradas y escapes, una constante más oculta a veces que otras, subyace en todo el campo de su recorrido. Es el tema de la memoria personal y colectiva, aún desde los primeros collages con las inmersiones en el inconsciente y luego, en los grandes espacios vacíos y cosmovisiones como recuerdos de tiempos otros.

Ubicada de algún modo en los bordes, como una franja delgada, incolora, desde las memorias de un pasado continental a la recapitulación como hallazgo personal de lugares, con las sombras como presente del pasado, la memoria delimita y/o confunde esos bordes de lo que no está más, a veces los hace borrosos. Pero le puede dar sustancia a lo que no está más, y aunque la forma puede estar vacía, si hay memoria siempre habrá sustancia.

De las imágenes recordadas, algunas recuperadas por fugaces instantes, está la cómplice alegría de la memoria de un pueblo y el desaliento de memorias perdidas, irrecuperables, lacerante al constatar que se han perdido: entonces ya la sustancia no reemplaza la forma, y nada cambia tampoco, pero sin tocar lo que está del otro lado aunque la historia ya no tenga lugar.

He ido recolectando cosas, las cosas que no entiendo, o que están en mi corazón, las he juntado a medida que aparecen. El rejunte no ha seguido reglas, lo importante es ponerlas juntas, porque así el sentido de las cosas cambia y en todo cambio de algo existe la posibilidad de irrumpir en lo otro, pero en ningún cambio también.

Con un banco de momentos memorables, la intrusión de varios mecanismos de la actualización de las memorias convocando a otros campos sensoriales de búsquedas nuevas y muy antiguas preguntas, se han puesto en contacto regímenes de signos distintos: eslabones políticos, de la física teórica, biológicos…

¿Cómo reubicar ahora tales significados? ¿Cómo extraer la visibilidad de esas cosas, de esos recuerdos? Y recuperar el pasado pues la memoria ouede irradiar el presente. ¿Qué territorialidad ocupan? Cómo se puede emborronar mi mapa… cómo puedo indagar el porqué de las ausencias…

Jurado y anteriores premiados

Este galardón está dotado con 100.000 euros. El jurado, presidido por Isaac Sastre, director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte, ha estado formado por Tania Bruguera, ganadora del Velázquez en 2021; Isidro López-Aparicio, artista, comisario y profesor universitario, a propuesta de la Unión de Artistas Contemporáneos de España; Juan Manuel Bonet, escritor y crítico de arte, a propuesta de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Gilberto González González, director artístico de TEA, Tenerife Espacio de las Artes, a propuesta de la Asociación de Directores y Directoras de Arte Contemporáneo; Marta Pérez Ibáñez, investigadora y docente, a propuesta del Instituto de Arte Contemporáneo; María Ángeles López Fernández Cao, catedrática de Educación Artística de la Universidad Complutense de Madrid, a propuesta de Mujeres en las Artes Visuales (MAV) y Paula Barreiro, catedrática de Historia del Arte Contemporáneo de la Université Toulouse 2 Jean Jaurès y Ana Longoni, investigadora del CONICET y profesora de la Universidad de Buenos Aires, designadas por el Ministerio de Cultura y Deporte.

Palmarés

  • 2002. Ramón Gaya
  • 2003. Antonio Tapies
  • 2004. Pablo Palazuelo
  • 2005. Juan Soriano
  • 2006. Antonio López
  • 2007. Luis Gordillo
  • 2008. Cildo Meireles
  • 2009. Antoni Muntadas
  • 2010. Doris Salcedo
  • 2011. Artur Barrio
  • 2013. Jaume Plensa
  • 2014. Esther Ferrer
  • 2015. Isidoro Valcárcel
  • 2016. Marta Minujín
  • 2017. Concha Jerez
  • 2018. Antoni Miralda
  • 2019. Cecilia Vicuña
  • 2020. Soledad Sevilla
  • 2021. Tania Bruguera