De esta manera, la familia pretende cumplir en Santander con el deseo del artista de que sus obras de gran formato se muestren en lugares públicos y sean accesibles a todo el mundo. Así lo ha manifestado Punyet Miró, quien ha asegurado estar fascinado con la gran acogida que está teniendo la exposición de su abuelo en el Centro Botín y con los proyectos culturales que están previstos para la ciudad de Santander, como el traslado de la colección de arte del Banco Santander a su renovada sede social del Paseo Pereda o el proyecto de apertura del centro asociado del Reina Sofía vinculado al Archivo Lafuente, lo que sin duda ha contribuido a que la familia tenga este generoso gesto.
Tres de las obras cedidas han sido realizadas con objetos encontrados, una práctica habitual del artista y uno de sus signos distintivos, mientras la cuarta restante es uno de los muchos homenajes que Miró le dedicó a la mujer. Además, todas ellas proceden de Palma de Mallorca para reubicarse, a través de esta cesión, en un lugar público y transitado que cumpla con el deseo del famoso artista de llegar con sus obras al mayor número de personas.
Así, Femme Monument, 1970, y Souvenir de la Tour Eiffel, 1977, son las esculturas que la familia ha cedido al Centro Botín y que se exhibirán en la galería E de la primera planta, que se convertirá para ello en un espacio dedicado al artista. La primera es una de las primeras esculturas que el artista trabaja en la Fonderia Artística Bonvicini, en Verona, donde creará piezas, especialmente, de gran formato, pulidas y de superficies lisas.
La segunda, es una obra de tres metros de altura concebida con objetos inicialmente sin validez artística, pero que para Miró desprendían una cierta magia o una positiva energía; en ella predomina esa libertad poética de la que siempre hace gala, haciéndonos olvidar por un momento su verdadero sentido y origen. Por su parte, Tête (Tête sur socle), 1978, y Femme (Femme debout), 1969, son las obras monumentales que recibirá el Ayuntamiento de Santander y que se ubicarán en los Jardines de Pereda.
Estas cuatro obras son una muy buena selección del trabajo escultórico de Miró, no solo por representar a través de ellas su trabajo en tres talleres de fundición diferentes (en Barcelona, París y Verona), sino también por el abanico cronológico que se da en el conjunto, ya que nos permite apreciar la evolución de su obra escultórica con claridad.