La sala de la planta baja llevará a partir de ahora el nombre de Imagina, rindiendo tributo al magno proyecto que a principios de los años noventa llevó a cabo Manuel Falces y que se debe considerar como el germen del Centro y, sin duda, un hito en la historia de la fotografía de nuestro país.

En cuanto a la amplia sala de la primera planta pasará a llamarse AFAL para reconocer desde esta institución la importantísima labor que este proyecto, nacido en Almería de la mano de José María Artero y Carlos Pérez Siquier, supuso para el desarrollo del lenguaje fotográfico en nuestro país.

A estas tres salas se suman la ya inaugurada sala de proyectos que lleva el nombre del fotógrafo almeriense Jorge Rueda y la plaza contigua al edificio del CAF que lleva el nombre de Manuel Falces y donde todos los días desde hace ya un año hay una programación activa de imágenes proyectadas,  así como otro tipo de actividades.

En este nuevo mapa de espacios del CAF, el 25 de enero se inauguran las siguientes muestras:

SALA AFAL. Norman Bethune. El crimen de la carretera Málaga – Almería. Comisariada por Jesús Majada Neila

Muestra la trayectoria vital de este singular médico, sus acciones humanitarias y los novedosos métodos que desarrolló durante su estancia en España.

Tras participar en la Primera Guerra Mundial como sanitario se convirtió en un reputado cirujano torácico, que diseñó innovador instrumental quirúrgico para el tratamiento de la tuberculosis. Conmovido por la pobreza que, tras la gran crisis, se vive en Canadá en los años treinta, ejerce la medicina social, atiende a los más desfavorecidos y defiende, con pasión, políticas novedosas de sanidad pública.

La creciente pujanza del fascismo en Europa le atormenta y, abandonando su envidiable situación profesional, decide venir a España en 1936 para poner sus conocimientos y energía al servicio de la causa republicana en la Guerra Civil. Crea en Madrid el Servicio Canadiense de Transfusión de Sangre, uno de los primeros sistemas de transfusión móviles del mundo.

En febrero de 1937 se dirige con sus colaboradores a Málaga y presta una ayuda vital a la población civil que, ametrallada y bombardeada desde tierra, mar y aire huye en masa hacía Almería. Norman Bethune en un relato desgarrador y su compañero Hazen Sise con las fotografías que tomó dieron testimonio inequívoco de aquel trágico éxodo, uno de los sucesos más terribles y desconocidos de la Guerra Civil española.

Bethune regresa a Canadá para recaudar fondos para el Servicio Canadiense de Transfusión. Pero ya no vuelve a España: piensa en que su ayuda es más necesaria en China, invadida por los japoneses. Llega en 1938, organiza la sanidad del Octavo Ejército, forma numeroso personal sanitario y ejerce una labor incansable como cirujano de campaña. A finales de 1939 en una operación sin guantes se corta con el bisturí, la herida se infecta y al poco muere de una septicemia.

En su país, Norman Betune es símbolo del compromiso solidario de Canadá con el mundo. En China su figura se ha convertido en leyenda y hoy sigue siendo para los chinos un héroe nacional. En España apenas es conocido.

SALA IMAGINA. Una aproximación al retrato almeriense 1839 – 1939. Comisariada por Donato Gómez

Los primeros tiempos de la fotografía muestran la estrecha relación con la pintura. Sus representantes suelen reunir ambas actividades. Los primeros fotógrafos fueron casi todos itinerantes. Después, algunos fijan su residencia en Almería de manera permanente, aunque sigan acudiendo a otros lugares en momentos puntuales del año.

En la primera etapa las imágenes no escapan a los intentos de representación social. Los personajes son estáticos, y muestran un deseo de generar una imagen para siempre; la idea es la de conservar la foto para la mujer amada, para los padres, para los hijos… Los motivos han variado a lo largo del periodo, primero son frecuentes los bustos viñeteados, después los modelos de pie apoyados, finalmente, los modelos de pie sin apoyos de ninguna clase.

Si en el siglo XIX los fotógrafos se anuncian como pintores –porque lo son; también lo hacen porque colorean los positivos–, cuando avanzamos en los primeros treinta años del siglo XX imitan la pintura de otra manera. Ahora su técnica fotográfica se acerca al impresionismo, tanto porque hay imágenes con grano, como porque en el caso de las mujeres se difuminan los rasgos; las poses abandonan las cautas normas sociales y se hacen insinuantes. Muchas de ellas tienen el carácter de íntimas porque desean convencer del amor o de la belleza de la retratada y van dirigidos a novios o amantes; se olvidan las representaciones sociales anteriores y esperan del profesional de la fotografía que sepa retratar esa insinuación. Los fotógrafos comienzan a imitar las poses de las actrices de cine.

SALA JORGE RUEDA. Exposición Medi Terraneum. Un mar entre tierras, de María Rosa Aránega

Esta muestra se plantea como una ruptura histórica con el relato hegemónico que rodea a la inmigración en torno al Mediterráneo, una cuestión aprovechada e instrumentalizada por oscuros intereses políticos.

La muestra reproduce distintas imágenes seleccionadas en base a la temática de la inmigración en distintos momentos de la historia reciente. Fotografías, en muchos casos antiguas, recuperadas, reproducidas y reactualizadas a través del dibujo. Entendiéndolo como un medio artístico primigenio, el dibujo trata de poner en evidencia el carácter originario del almacenamiento y archivo de imágenes. Se trata de recomponer una mirada actualizada y reflexiva desde el deteriorado archivo fotográfico para superar la división temporal y sensorial que existe con lo pasado.

SALA AMALIA LÓPEZ CABRERA. Retazos del siglo XIX en la colección del Centro Andaluz de la Fotografía

Exposición compuesta por 20 copias originales pertenecientes a la colección del CAF. Obras de algunos de los pioneros en fotografiar Andalucía, en concreto Charles Clifford, Louis Mason, Amela, Leygonier, Reinoso, Jean Laurent, Beauchy. Francis Frith o Levy

Andalucía es el lugar más fotografiado en todo el siglo XIX español. Los grandes fotógrafos viajeros, normalmente franceses e ingleses, recalaban en Andalucía como un lugar exótico y difundían al resto de Europa las imágenes que aquí realizaban. Algunos estudios como los de Clifford y sobre todo Jean Laurent fueron capaces de desarrollar un verdadero negocio con la venta de estas imágenes.

Todas las copias son albúminas y están positivadas por los estudios de los mismos artistas.

BIBLIOTECA. EXIT. La revista

EXIT es una proyecto editorial español en el que a través de números temáticos se analizan diferentes temas de la fotografía contemporánea. El primer número se publica en noviembre de 1999: es el número #0. Desde ese primer número hasta el mes de enero de 2019, cada tres meses, EXIT ha construido una auténtica enciclopedia de la fotografía, al margen de modas, estilos y gustos. En sus páginas han aparecido más de mil fotógrafos, desde los clásicos hasta los más jóvenes, los más famosos y absolutos desconocidos, de todas las razas, culturas y sexos. De todo el mundo. Todos tienen una sola cosa en común: su amor por la fotografía.

La colección completa está a disposición de todos los usuarios del CAF.

PLAZA MANUEL FALCES. Proyección: Mediterráneo. Niño de Elche con Ruth Toledano y Juan Cañamero

Todos los días al ponerse el sol, uno de los laterales del edifico del CAF se convierte en una exposición viva para ser contemplada por todos los caminantes del barrio. A través de una gran proyección se muestran imágenes de las obras que hay expuestas en el interior. Para esta ocasión, sin embargo, se mostrará en loop el vídeo Mediterráneo producido por el CAF con Niño de Elche, el gran artista hetorodoxo del flamenco.

En el vídeo, rodado en el Playazo de Rodalquilar-Níjar, el artista canta a un mar Mediterráneo que se ha convertido en la frontera entre un mundo rico y pobre, un mar ya cementerio de más de 35.000 de seres que ansiaron llegar a este norte y que sucumbieron en el intento. Un poema de Gamoneda es recitado al mismo tiempo que se escuchan las olas de mar romper contra las rocas de la playa.

Amalia López Cabrera

Amalia López Cabrera nació en Almería en 1837 en el seno de una familia de asentados comerciantes. Creció en la calle Posada junto a su padre, su madre, tres hermanos y dos criadas, según el padrón general de vecinos y almas de la ciudad de 1837.

Con poco más de veinte años se casó con el impresor Francisco López Vizcaíno, con el que se trasladó a Jaén. Se comenta que cuando Amalia oyó hablar de un conde que había llegado a esa ciudad que enseñaba magia con una cámara oscura, no lo dudo y se plantó en su buhardilla. El daguerrotipo estaba haciendo furor en Francia y se convirtió en la primera discípula del Conde de Lipa, el antiguo capitán del ejército polaco exiliado en Francia Luis Tarszenski, que se había convertido años atrás en amigo personal de Louis Daguerre, quien le introdujo en la fotoquímica y en los secretos de los posados. La alumna se entusiasmó con el secreto de las placas, la rebeldía de los baños de plata y la desesperante lentitud de las exposiciones.

En 1860, Amalia montó su propio estudio, el primer bufete fotográfico profesional que abría una mujer en España, por lo que fue la primera fotógrafa oficial, ya que lo habitual era que las esposas e hijas de los fotógrafos ayudasen en los estudios en tareas diversas, pero no que manejaran la cámara, que controlasen el revelado de placas y mucho menos que firmasen sus obras. Retrató niños vestidos como adultuos, fumando, y a ancianos de cuerpo presente.

En 1866 apareció en la prensa local un anuncio de su gabinete fotográfico. Disponía de varios tipos de cámaras capaces de hacer negativos de gran tamaño, lo que era toda una novedad en esas fechas.

Amalia no se conformó con el trabajo de fotógrafa provinciana y pudo poder recorrer el mundo documentando tipos humanos y obras de ingeniería. Prueba de esa pasión por su oficio fue su participación en el Concurso Nacional de Fotografía de 1868, celebrado en Zaragoza, en el que obtuvo una mención honorífica y en la que presentaron obras los más afamados fotógrafos nacionales de la época.

Pero lejos de progresar como fotógrafa, Amalia debió marchar en 1869 con su marido a Madrid, quien acababa de ganar la concesión del Gobierno para imprimir La Gaceta Agrícola. En la capital se perdió la pista de la fotógrafía almeriense, es el caso de tantas mujeres cuyo talento permanece oculto a día de hoy para el gran público.

Desde entonces su nombre no está ligado a la autoría de ninguna fotografía, por lo parece probable que no volvió a disparar una cámara o a positivar en papel albúmina.