Leyendo el mapa geológico, el límite K/T Cretácico/Paleógeno nos cuenta que la especie humana debe su existencia al impacto de un meteorito que abrió el camino a la evolución de los mamíferos.
Durante millones de años, la acción de las olas y el viento ha erosionado esta costa creando un singular paisaje, pero solo ha bastado un brevísimo periodo de tiempo para que en sus orillas se haga presente el plástico.
Afortunadamente esa contaminación no consigue enturbiar los colores mágicos del ópalo de fuego en el mar crepuscular.