En los tres días posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el tráfico aéreo fue suspendido en Estados Unidos. Un estudio publicado en 2002 en Nature reveló que durante esos tres días se produjo una diferencia de 1,1 grados de temperatura media entre el día y la noche en comparación con los datos registrados en los 30 años anteriores. Estudios más recientes han demostrado que las estelas de condensación, al fin y al cabo nubes artificiales, reducen las temperaturas a nivel del suelo durante el día y las elevan por la noche, contribuyendo al calentamiento global.